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Avilés, en su primer día en alerta naranja: "Hay que tener cuidao"

El hospital San Agustín suma 28 pacientes con covid en planta y 5 en la UCI

Avilés, en su primer día en alerta naranja: "Hay que tener cuidao" Eliana Lamata

"Las cosas no van bien", "la alerta naranja es un decir 'tenei cuidao'€". Con estas palabras explicaban ayer los profesionales sanitarios consultados por este diario el sentido que, a su modo de ver, tiene que el Gobierno del Principado declarara el martes a media tarde la alerta naranja en el concejo. Ayer, el Hospital Universitario San Agustín, centro de referencia para los pacientes del área sanitaria avilesina, sumaba 28 pacientes por covid-19 ingresados en planta. Esto significa que una de las plantas destinadas a estos enfermos ya estaba ocupada y se estaba habilitando una segunda. Otros cinco enfermos por covid estaban en la unidad de cuidados intensivos.

"La alerta naranja es un aviso", reiteraron, y agregaron: "La declaración es ante todo una advertencia a los ciudadanos de que debemos extremar las medidas preventivas porque las cosas no están yendo bien". La alerta naranja se prolongará en Avilés -asociada a dos brotes de covid-19 descontrolados en un gimnasio y una residencia de mayores de titularidad privada- durante los próximos días.

La carga de trabajo se hace sentir ya entre los sanitarios del San Agustín y sobremanera de los centros de salud de Atención Primaria, con agendas a rebosar habitualmente y más ahora que el otoño ha entrado con fuerza en forma de constipado y patología respiratoria. Esto se traduce, para el usuario, en líneas telefónicas colapsadas y largas colas de pacientes que esperan por atención médica presencial.

Es el caso, por ejemplo, del centro de salud de Sabugo, que ayer registró una importante demanda de usuarios: "Llevo más de cuatrocientas llamadas para que atiendan a mi hijo sin éxito, hoy (por ayer) me he desplazado al centro de salud y me encuentro con casi cien personas haciendo cola en el parking: esto es una vergüenza que no podemos consentir", manifestó una usuaria. Las quejas de algunos pacientes afectaron ayer también a otros consultorios del área sanitaria avilesina. Algunas voces, más allá de las quejas, ofrecieron propuestas: "Sería necesario abrir los centros de salud en horario de tarde".

El avilesino Paco Puente entiende que la declaración de alerta naranja es positiva "porque conviene endurecer las medidas". Pone como ejemplo, el confinamiento derivado del estado de alarma entre los meses de marzo y mayo y afirma que durante esos meses "se consiguió reducir el número de contagiados considerablemente". "Lo más importante es erradicar el virus y cumplir con las obligaciones sanitarias".

Ceferino Iglesias y Mila Vega tienen claro que "hay que cuidarse, mantener la distancia de seguridad y evitar no juntarse en grupos". "Yo salgo de casa lo menos posible, lo imprescindible", señala Vega. Además, ambos han creado un grupo de convivencia covid con su hijo, su nuera y su nieta. "Y no hay visitas de nadie", remarcan.

"Tenemos que extremar las precauciones y ya lo estamos haciendo", señala Felicidad Gorrionero. Su amiga Adriana Castro no duda en añadir que "es importante que haya separación entre las personas" pero, observa, que "no hay la suficiente" capaz de frenar el número de contagios en Avilés.

Ernesto Martín defiende que tiene que haber grupos de seis personas. También percibe que hay diferentes varas de medir. "Si en los autobuses van muchas personas, porque no aumentan las frecuencias", señala el avilesino que remarca además que las terrazas de los negocios hosteleros "apenas cumplen con las distancias de seguridad". Y también habló de los políticos: "Ellos van en manada y nosotros tenemos que ir en grupos de seis, y aquí no pasa nada".

Gobierno avilesino y oposición reconocen su "preocupación" por la evolución de la pandemia en el municipio e instan a la ciudadanía a extremar las precauciones. La primera fuerza de la oposición, Cambia Avilés (CA), considera que existen "carencias a nivel local". Su portavoz, Tania González, se refirió al transporte público y a las escuelas de bebés. "Se redujeron frecuencias en bus urbano, provocando aglomeraciones, y en vez de hacer contrataciones se recortó la jornada en las escuelinas, cuando la atención tiene que ser mejor que nunca", apuntó.

"Por ahora prudencia, no tenemos más información que la facilitada por la prensa. En cualquier caso, pedimos que se cumplan las medidas de seguridad establecidas y máxima precaución individual", señaló la portavoz del PP, Esther Llamazares.

Desde Ciudadanos confían en que la alerta naranja sea suficiente y se haya adoptado a tiempo de frenar la nueva escalada de la pandemia. "De todas formas, consideramos que cualquier declaración de alerta, para que sea efectiva debe ir acompañada de una batería de medidas claras que no aparecen en la alerta naranja, que pasa más bien por ser un aviso", señaló su portavoz, Javier Vidal.

La de Vox, Arancha Martínez Riola, opinó que "la nueva ola de contagios en Asturias de la que Avilés es desgraciadamente protagonista evidencia que el 'milagro asturiano' liderado por el señor Barbón no es tal, sino más bien fruto de la casualidad". "Esperamos que se apliquen medidas eficaces contra el covid y no contra la economía", señaló Riola

"Inquietud" y "nerviosismo". Con esas dos palabras, define la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca cómo enfrentará el futuro la hostelería ante la declaración de alerta naranja en Avilés. La temporada estival fue mejor de lo que esperaban, pero las nuevas medidas contra el covid vuelven a poner contra las cuerdas a un sector que ya paralizó totalmente su actividad durante la primera ola de la pandemia. Lo último que quieren: cerrar. Pero son conscientes de que "sin salud no hay economía".

"Lo veo muy mal, pero vamos a seguir abiertos y cumpliendo las medidas", afirma Manuel Tiscar, dueño de un establecimiento en calle La Ferrería, L' Alfarería. No comprende por qué unos sí y otros no: "Los aviones y trenes llenos, y en los supermercados no hay distancia, pero se carga contra la hostelería". Y pide que se apliquen las mismas restricciones para todos. En los trenes, en los aviones, en los autobuses, en los supermercados.

En la misma línea se encuentra Pilar Meana, propietaria de "La Cantina de Villalegre" y ganadora del segundo premio de la Semana de las Tapas. En su caso, clausuró la barra antes de que llegaran las medidas del Principado porque veía "imposible que los clientes mantuvieran la distancia". Comparte con Manuel, además, la preocupación por sus trabajadores. Con el ERTE no puede despedir a nadie, pero sus ingresos se han visto notablemente mermados, y teme que vengan tiempos peores.

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