De palique con los Reyes

Los encuentros con una maestra de Letizia y un matrimonio madrileño, momentos improvisados de la visita

Doña Letizia se reencuentra en Somao con una profesora de su colegio: "Fue muy emocionante"

E. M. Choren/ A. Domínguez

E. M. CHORÉN/ M. G. SALAS

"Hemos visto muchos pueblos ejemplares, pero este es uno de los más bonitos sin duda". Así se lo confesaron los Reyes de España a Ángel Riesgo y Nuria Marín, un matrimonio madrileño, con casa en Somao desde hace seis años y que decidió mudarse definitivamente a Asturias en junio por la pandemia. Su charla de más de cinco minutos y que dio para hablar hasta del yoga fue una de las dos paradas espontáneas que hizo la Familia Real ayer durante su recorrido por la parroquia praviana. La otra fue con una profesora de la Reina Letizia en el colegio de La Gesta de Oviedo. Ana Martínez, con vivienda en Somao, no dudó en acercarse a Sus Majestades en cuanto tuvo oportunidad. "Yo fui tutora de su hermana Telma pero a la Reina le di algunas clases; fue muy emocionante reencontrarme con ella", explicó.

Para Ángel Riesgo y Nuria Marín su encuentro con los Reyes fue "muy gratificante". Ocurrió en la plaza del pueblo, tras la visita a la escuela rural. "Yo conozco al jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, y me dijo: 'Si quieres saludar a los Reyes, te lo facilito yo'. Y le contesté:'Sí, claro'", cuenta Riesgo. Dicho y hecho. Con lo que no contaba este empresario era con que Sus Majestades entablasen una conversación de más de cinco minutos con su mujer y con él. "Nos preguntaron que qué hacíamos aquí siendo de Madrid. Y les contamos nuestra actividad", revela. Muy resumido: Riesgo dirige una fábrica de cervezas artesanas situada en Madrid -La Virgen se llama-, y su esposa, la Fundación "Mejor igual" de ayuda a los desfavorecidos. Ambos teletrabajan desde una antigua casa rehabilitada, situada en la cumbre de Somao. La pandemia fue la oportunidad perfecta para salir de Madrid y asentarse en el Principado.

"Hemos decidido ser asturianos", afirma con orgullo Riesgo, que le contó a los Reyes "lo bueno que es vivir en un pueblo pequeño pero a la vez bien comunicado". "Hablamos en un ambiente muy informal. Yo creo que están acostumbrados a hacer actos tan formales que cuando tienen la oportunidad de hacer visitas de este tipo lo agradecen. Al fin y al cabo son personas", opinó. Su mujer, que es aficionada a la Historia, aprovechó para animar a Letizia a que visitase la iglesia de San Juan de Santianes de Pravia, donde se encuentra la tumba de la reina de Asturias Adosinda. "Nuria también habló con ella del yoga, ya que sabe que es una gran aficionada", añadió.

Ana Martínez, la que fuera profesora de Doña Letizia en el colegio de La Gesta, fue otra de las afortunadas que pudo casi tocar a los Reyes y a sus hijas. "Me mandó recuerdos para todos los docentes y para sus compañeros, ella lo recuerda con mucho cariño. El Rey, por su parte, me preguntó si vivía aquí y le expliqué que tengo una casa y que me invitó el alcalde para celebrar la entrega del premio", detalló Martínez, que se encontraba dentro del recinto vallado y distribuido en cuadrados en el momento en el que se acercó a la Familia Real.

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