Pilar Niño padeció un cáncer de mama hace 18 años. Su cumpleaños de aquel 6 de junio quedó empañado unos días antes, el 1 en concreto, cuando le dieron la noticia de su patología y que se tenía que someter a quimioterapia y radioterapia. Su mirada solo se podía dirigir a sus dos hijas, que entonces tenían 6 y 3 años. Hoy, Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama, quiere lanzar un mensaje de optimismo: "Después del cáncer hay mucha vida, pero hay que aprender y no olvidar lo que es importante".
Todo iba bien. Pilar había estudiado Medicina y estaba preparando su tesis doctoral a la vez que trabajaba cuando le confirmaron el diagnóstico. "Tuve que parar la tesis, que tardé dos años en poder retomar. Pero seguí trabajando y solo cogí un mes de baja, cuando tuve que someterme a la intervención quirúrgica", cuenta. "Luego me pusieron el tratamiento, se me cayó el pelo y llevaba una peluca con una media melena muy guapa", añade.
Pilar relata que los tratamientos hace 18 años eran mucho más agresivos que ahora, y que vivía con la espada de Damocles sobre su cabeza permanentemente, pensando en sus hijas. Pero decidió pelear. "Si se tiene un poco de suerte y se es disciplinado con los tratamientos, hay esperanza y hay vida", asegura.
Sus hijas no se daban cuenta de las dificultades que pasaba su madre, hasta que un día ella les dijo que se iba a cortar el pelo. "Cuando me vieron sin peluca se quedaron impresionadas, porque claro, tenía el pelo con dos centímetros. Y me preguntaron cómo me había dejado hacer eso", cuenta ahora riéndose.
Pilar Niño siguió peleando "sin dejar de trabajar y de vivir". Así, estuvo en la Inspección médica de Langreo (donde nació), fue médico de Atención Primaria, realizando sustituciones por varias áreas sanitarias, en Urgencias de atención continuada, de becaria en el servicio de digestivo del HUCA, mientras hacía la tesis doctoral, para ir "cerrando el círculo", y realizando el MIR de la especialidad de Medicina del Trabajo, en el Hospital Alvarez Buylla y hasta de médico de empresa, para llegar hasta Salud Laboral del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad de Oviedo, donde consiguió la plaza hace unos años. Ahora es la nueva presidenta de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo (SEMST).
"Todo esto me ha servido para tener un bagaje importante y todos los sitios en los que he trabajado me han servido para aprender y enriquecerme como persona. Soy médico vocacional desde que tengo uso de razón y, aunque me ha costado mucho y el esfuerzo ha sido enorme, puedo decir que he conseguido algunas cosas que me hacen sentirme orgullosa", asegura Pilar. Y más teniendo en cuenta sus circunstancias.
"Tienes que someterte al control anual y aunque quieres restarle importante, todos los años, cuando se acerca la revisión no puedes evitar pensar 'a que vuelvo a tener el bicho'. Psicológicamente es muy difícil, por eso no puedes olvidar por lo que pasas y las dificultades para ser una persona mejor", concluye.
