Ni un solo muerto por disparos accidentales en la caza en lo que va de año. Es el mensaje de la Fundación para la Defensa de la Vida Silvestre y su Hábitat y la Federación Asturiana de Caza ante los datos publicados por varias agencias de comunicación que situaban en cinco las muertes en 2020 en actividades cinegéticas.

Las cifras recogidas hablaban de los últimos nueve meses, pero sólo hubo caza durante tres. El mundo de la caza pone de manifiesto que el número de muertes resulta muy elevado para un período tan corto y con tantas restricciones a causa del coronavirus. "Siguiendo estas cifras acabariamos con más de 100 fallecidos al año, que trasladado al periodo de 10 años resultaría de 100 muertos", asegura el colectivo.

En los últimos 5 años sólo hubo un accidente mortal en el ámbito de la caza en el año 2017, según tiene constancia la fundación. "Teniendo en cuenta que, en Asturias, solo en los Cotos Regionales de Caza se programan más de 5000 batidas con una media de 25 participantes en cada una de ellas, a las que hay que sumar recechos, aguardos, caza menor y resto de modalidades donde se emplean armas consideramos que la actividad es segura, no comportando más riesgo que cualquier otra actividad no laboral", sostienen.