El Principado estudia tomar medidas extremas en Gijón para contener la expansión del coronavirus, ante el aumento de casos y las dificultades sanitarias con el hospital de Cabueñes saturado.

El Gobierno regional evaluará esta tarde, concejo a concejo, la situación sanitaria en la que se encuentra cada municipio, tomando como criterio el documento aprobado ayer en la Consejo Interterritorial de Salud. La posición con la que el Principado acude a la comisión interadministrativa de seguimiento de la nueva normalidad, que se celebra a las 17.30, es la de adoptar medidas que, en algunos casos, pueden ser más restrictivas que las planteadas por el Ministerio.

Precisamente, uno de los concejos con una situación más preocupante es Gijón, donde, según algunas fuentes, se podrían tomar medidas que restrinjan no solo horarios y aforos, sino que también afecten a la movilidad. Una suerte de cierre perimetral, en una palabra. Sobre la mesa están las decisiones ya tomadas en otras comunidades autónomas como confinamientos de localidades (con limitaciones para entrada y salida del territorio salvo causas justificadas, entre ellas las laborales, permitiendo la movilidad y la actividad en el interior del núcleo urbano) o el establecimiento de toques de queda, como ya ha planteado, por ejemplo Andalucía para Granada.

No solo es el ritmo de contagios en la principal ciudad asturiana el problema (con una incidencia que se aproxima a los 300 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días), sino la capacidad sanitaria del Hospital de Cabueñes, cabecera del área sanitaria. Cabueñes ha instalado hoy un hospital de campaña del Ejército para evitar el colapso y ha comenzado a derivar pacientes. El riesgo está en que la capacidad sanitaria de Gijón termine reducida únicamente a atender casos de Covid, lo que impediría que llevase a cabo la atención médica habitual a otras urgencias.

El Gobierno regional evalúa diferentes medidas según el estado de cada municipio con el objetivo de frenar en seco la expansión del virus, en niveles que se aproximan a los del inicio de la primera ola que llevó al confinamiento del país, una medida que descartan por drástica las autoridades dado su impacto económico. Sin embargo, alternativas que impliquen poner fin a las principales vías de contagio (reuniones sociales en locales hosteleros o domicilios) son la vía para evitar otro confinamiento, sostienen los expertos. Este mediodía, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apeló a la necesidad de restringir la movilidad y los contactos para no acudir a decisiones drásticas, y puso la herramienta del estado de alarma a disposición de las comunidades autónomas para aquellas decisiones que puedan tener difícil encaje jurídico.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, advirtió ayer mismo: "Tomaremos las decisiones que haya que adoptar para doblegar la curva y controlar el crecimiento de la epidemia en Asturias". Y recalcó la que se ha convertido en una de sus máximas en su estrategia para combatir el virus: "Sin salud no hay economía".