Vestido con su traje de almirante, Dani Verdes logró ayer celebrar su primera comunión en el barrio ovetense de La Florida. El niño, que tendría que haber recibido el segundo sacramento en el mes de mayo, se vio obligado a aplazar la ceremonia a consecuencia del estado de alarma. Con todo preparado, en vísperas de la celebración el niño y su familia se encontraron con el anuncio del cierre perimetral de Oviedo, lo que ponía en duda que los 25 invitados a la ceremonia se pudiesen desplazar desde La Florida hasta el restaurante de Granda (Siero) en el que habían reservado para el almuerzo, y también supuso un disgusto para el niño y sus progenitores, que temían que la historia se repitiese y se viesen obligados a retrasar, de nuevo, la comunión. Mas, pese a los temores de Dani Verdes y su famila, en la jornada de ayer todo se desarrolló con normalidad y el niño pudo al fin hacer la comunión. La iglesia parroquial de San Antonio de Padua, en La Florida, acogió desde las 12.30 horas la ceremonia, que se completó siguiendo las pautas tradicionales, y a su conclusión Dani Verdes, su familia y el resto de invitados a la celebración, algunos procedentes de la vecina comunidad autónoma de Galicia, pudieron desplazarse sin problemas hasta el restaurante, pese a estar localizado en el vecino concejo de Siero. "No nos encontramos controles ni nada. La familia y los amigos pudieron acudir sin ningún tipo de problema a La Florida para asistir al oficio religioso, y después nos desplazamos todos con normalidad al restaurante", explicaba ayer, en conversación con LA NUEVA ESPAÑA, la madre del menor, Eva Valenciano. "Ha sido un alivio", continuaba la mujer, "y Dani está muy muy contento de haber podido hacer por fin la comunión, y celebrarla con su famlia y rodeado de sus amigos".