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RAFAEL COFIÑO | DIRECTOR GENERAL DE SALUD PÚBLICA DEL PRINCIPADO

"Nos espera un año con una vida muy diferente; habrá vacuna, pero tardará"

"Cerramos Oviedo, Gijón y Avilés porque son ciudades con mucha movilidad, elevada densidad de población y una transmisión del virus alta"

Rafael Cofiño, en una imagen de archivo. IRMA COLLÍN

Rafael Cofiño Fernández (Gijón, 1969) es director general de Salud Pública del Principado y responsable de los aspectos técnicos de la lucha contra el covid-19 que despliega el Gobierno de Asturias. Pocas personas en el mundo habrán tenido tantas reuniones y encuentros en todo tipo de formato como él desde el pasado mes de febrero. En esta entrevista, expone las claves epidemiológicas del confinamiento de Oviedo, Gijón y Avilés, vigente desde ayer, sábado, como fórmula para detener la propagación del coronavirus. "Los resultados empezarán a verse en 15 días; tenemos que evitar un cierre total", asevera.

- ¿Qué criterios han llevado a la Consejería de Salud a adoptar esta medida y no otra?

-La resolución del pasado 14 de octubre, con la que implantábamos la fase 2, se basaba en un documento técnico de Reino Unido. Pueden tomarse varias medidas. Las hay más suaves, pero no por ello menos efectivas, como la burbuja social y la limitación de contactos. Y luego las hay máximamente restrictivas, como el confinamiento total. Como es lógico, entre unas y otras hay diferencias. Y también hay más daños, no solo económicos, sino también por lo que implica confinar a las personas. Medidas intermedias son algunas de las que fuimos aplicando estas semanas o meses, entre ellas las de la fase 2.

- ¿Por qué se decide limitar la movilidad de las personas?

-Para que no haya transmisión entre zonas con tasas más altas de contagios y zonas con tasas más bajas.

- ¿Por qué se decide que sean Oviedo, Gijón y Avilés?

-Ahora mismo tenemos muchos municipios con niveles de transmisión altos. Oviedo, Gijón y Avilés son ciudades en las que hay una gran conexión. La gran conectividad que tenemos en la zona centro es uno de los factores que marca nuestra decisión. Son zonas urbanas con mucha movilidad, mucha densidad de población, en las que hay una transmisión elevada y también unas incidencias altas en los últimos 14 días y entre mayores de 65 años,

- ¿A quién protege más este confinamiento: a los habitantes de Oviedo, Gijón y Avilés, o a los de fuera de esos tres concejos?

-A todos. Un cierre perimétrico protege a los de fuera, pero además activa mecanismos de protección de la población que vive dentro de esos territorios. Por eso insistimos en que lo ideal es que esta medida vaya acompañada de una limitación de la movilidad nocturna.

- ¿En qué plazo confían obtener resultados positivos?

-Estamos acostumbrados a la información diaria, pero no es buena para consolidar datos. Los epidemiólogos siempre dicen que para ver resultados de una intervención hay que esperar 15 días. Eso no significa que no tengamos que priorizar algunas actividades antes de que pase ese tiempo. Lo iremos viendo.

- ¿Están pensando en medidas incluso más duras?

-El siguiente paso, una vez que se declare el estado de alarma, es la limitación horaria, el toque de queda.

- ¿Y si eso no funcionara?

-Tendríamos que ir a un confinamiento total, pero eso tenemos que evitarlo. De lo que se va a tratar de aquí a dentro de un año es de minimizar la interacción social de riesgo. No hablamos de quitar la interacción social, sino de minimizar la de riesgo. A medida que aumenta la incidencia a nivel comunitario aparece el riesgo en espacios seguros, como escuelas, residencias, Universidad...

- ¿Se han coordinado con el Ministerio de Sanidad?

-Un factor que nos hizo ver que estábamos haciendo las cosas bien es que muchas medidas que plantea el reciente documento del Ministerio ["Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de covid-19"] en el nivel 3 ya las teníamos puestas en marcha. Incluso con ese carácter de recomendaciones-prohibiciones, que pueden tener un impacto fuerte.

- En estas últimas semanas, en algunos concejos se optó por la alerta naranja, y no por el cierre...

-En el caso de San Martín del Rey Aurelio o Laviana, no se planteó el cierre porque una explosión de casos así en localidades pequeñas no va a ser lo mismo que en una gran ciudad. El ejemplo es Madrid. Cuando en marzo genera un ventilador de casos afecta a todas las comunidades que tiene alrededor. Por eso es importante el control en poblaciones grandes. En municipios pequeños se mueve menos la gente, por eso pueden funcionar medidas que no hagan llegar al confinamiento.

- ¿Dónde consideran que están los principales focos de peligro?

-En espacios de encuentro de carácter social y familiar. Muy vinculados al ámbito privado o a espacios interiores.

- Y todo esto sucediendo sin que haya llegado la gripe. Eso nadie lo preveía...

-Bueno, la realidad es que el equipo de la Consejería nos levantamos cada mañana pensando en el peor escenario posible. Otra cosa es que, por la gripe, no querríamos llegar a diciembre con una incidencia muy alta y sería ideal llegar a enero y febrero con incidencias muy bajas. Quizá ahora se entienden mejor nuestras decisiones restrictivas de principios del verano sobre eventos públicos. Sabíamos que un pequeño repunte de circulación del virus dispara la transmisión en 15 días.

- Les preocupa la baja percepción del riesgo por parte de los ciudadanos...

-Hay una cuestión importante. Se nos hace extraño asumir que estamos en una situación muy parecida a la del pasado 1 de abril porque estamos hacienda una vida muy distinta. El 1 de abril estábamos confinados en nuestras casas y ahora estamos llevando una vida casi normal. A finales de septiembre teníamos una tasa de poco más de 100 casos por 100.000 habitantes en 14 días, y en tres semanas hemos subido a 300.

- ¿Temen que la segunda oleada termine siendo peor que la primera en cuanto a número de fallecidos?

-Existe ese riesgo, y nos preocupa. La población de Asturias está envejecida, y eso aumenta el peligro. Por eso insistimos en la protección de los mayores: de los que están en residencias y los que viven en sus casas.

- ¿Una recomendación para las dos próximas semanas?

-Todos nos decimos "mucho ánimo". Pues eso, tener mucho ánimo, esperanza, ser generosos y remar todos en la misma dirección. Eso no quita ser críticos con las cosas que hay que mejorar. Vamos a pasar semanas muy complicadas. En Asturias hicimos un trabajo importante en la primera ola, y tenemos que mantenerlo.

- ¿Situación muy complicada hasta cuándo?

-Yo diría que un año de vida muy diferente. Hay que confiar en la vacuna, pero tardará, y la protección tendremos que mantenerla durante mucho tiempo.

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