La ruta hacia el conocimiento avanzado del cerebro humano tiene todavía más camino por delante que a sus espaldas. Más terreno por explorar que tierra conquistada. El doctor Alfonso López Muñiz, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, se aventura esta tarde, en la tercera sesión de la quinta Semana de la Ciencia Margarita Salas, organizada por LA NUEVA ESPAÑA, en un viaje al fondo del órgano más complejo del ser humano, una incursión que hasta ahora ha lidiado con limitaciones tecnológicas y hasta físicas y metabólicas, con la convicción de que, al final, no dejamos de ser "cerebros analizando cerebros. Es el propio órgano el que no da más de sí". La charla, en el año del cincuenta aniversario de la Facultad de Medicina, a partir de las siete de esta tarde en el Club Prensa Asturiana y retransmitida a través de la edición digital del periódico, plantea desde su título un sugerente reto de aproximación a "un criptograma indescifrable". En esta noticia lo va sa poder seguir en directo.

-El cerebro es como el cosmos, uno de los grandes retos pendientes del conocimiento. ¿Cuánto queda por descifrar de su funcionamiento?

-La ciencia es la única metodología para explicar nuestra realidad, nuestro universo, pero no puede ser dogmática. El conocimiento avanzará, por ejemplo, con el desarrollo de nuevas tecnologías. Así iremos sabiendo lo mucho que no sabemos. El cerebro es el gran desconocido. Mientras que el funcionamiento de los demás órganos, como el corazón o el hígado, está perfectamente desentrañado, el funcionamiento íntimo del cerebro sigue siendo objeto de estudio.

-¿Por qué a estas alturas de la evolución aún no hemos llegado a descifrarlo?

-Pese que en los últimos cien años, desde los hallazgos neuronales de Cajal, hemos invertido miles de millones y hemos logrado extraordinarios avances en el conocimiento del cerebro, sigue siendo más lo que nos falta por conocer que lo que conocemos. Las limitaciones, como decíamos, vienen en parte marcadas por las tecnologías que poseemos, pero incluso se podrían argumentar otras de orden epistemológico, falta objetividad. Al final, somos cerebros analizando cerebros. Sin duda, es el propio cerebro quien no da más de sí. Está demostrado que incrementar notablemente nuestra actividad cerebral llevaría a un gasto metabólico insostenible.

-¿Qué preguntas esenciales quedan por responder?

-El conocimiento de la biología y la química del cerebro, cómo ésta genera nuestros pensamientos, nuestros recuerdos y olvidos€ También la física del cerebro, las interacciones cuánticas entre las neuronas, la posible interrelación con la máquina, el interfaz cerebro-computadora€

-Necesitamos conocer la máquina para poder repararla. ¿Cómo nos debe ayudar el descifrado de sus mecanismos para hacer frente a enfermedades neurológicas, como el Alzheimer o el Parkinson?

-Toda la investigación en este campo será aplicada y de una repercusión social incalculable. El cerebro químico, los neurotransmisores, han significado una gran mejora en la calidad de vida de pacientes con depresión, esquizofrenia, enfermedad de Parkinson o de Huntington. Por otro lado, implantes cerebrales o dispositivos cibernéticos ya permiten percibir más colores o tener visión "nocturna". Del mismo modo, están en experimentación múltiples tratamientos del Alzheimer.

-¿Falta mucha investigación para aproximarse a un remedio fiable?

-Sin duda. Tanto la UE como EEUU han considerado que el siglo XXI es el siglo del cerebro y que esta debe ser la línea prioritaria de investigación. Pensemos que en una población envejecida, como la nuestra, las demencias suponen el mayor gasto de salud y de mayor repercusión social, ya que no sólo es el enfermo, sino todo su entorno familiar y social, quien se verá afectado por esta patología.

-Mientras tanto, seguro que puede citar unas cuantas claves para "entrenarlo" y mantener un cerebro sano.

-Lo primero es trabajarlo, hacer cerebro. Es una buena inversión. Las personas con más conocimientos tienen lo que se denomina "reserva cognitiva prefrontal", que les permite enfrentarse a la tercera edad con más garantías, mejor salud y menos frecuencia de cuadros demenciales. También es esencial una alimentación adecuada, una vida saludable, hacer una actividad física moderada, y evitar hábitos nocivos como el tabaco o las drogas€ Sirve también enfrentarse a nuevos retos, aprender idiomas o tocar un nuevo instrumento musical, y viajar€ en cuanto se pueda.

-¿Ha destapado esta pandemia muchas deficiencias ocultas en nuestro sistema sanitario?

-Tenemos un buen sistema sanitario, pero la pandemia ha supuesto un sobreesfuerzo en el que han aflorado notables deficiencias. La mejor inversión es en salud, pero hace ocho meses, ¿cuántas personas estarían dispuestas a incrementar sus impuestos para aumentar el gasto sanitario? Sin duda, en los últimos años, la sanidad pública se ha resentido como consecuencia de la crisis económica y también por no encarar nuevos retos organizativos.

-¿Faltan médicos?

-Hay falta de médicos en determinadas especialidades, pero también hay médicos parados sin acceso a la formación especializada, incluso médicos especialistas que se ven obligados a volver a hacer otra nueva especialidad. El Sistema Nacional de Salud tiene que fidelizar a los sanitarios. Miles de nuestros médicos y enfermeros, graduados en nuestras facultades y especializados en nuestro país con una inversión millonaria, se han ido a ejercer a otros países, una tragedia económica y humana.

-En su discurso al recibir el premio Princesa de Asturias, el jefe de la UCI del Gregorio Marañón aseguró que "hemos aprendido que un buen sistema sanitario ofrece seguridad en tiempos de incertidumbre y proporciona estabilidad y paz social". ¿De acuerdo?

-Absolutamente. La salud es lo más importante para las personas, y sin un buen sistema sanitario universal estaríamos en una situación de indefensión y un estado de injusticia. La pandemia, además, ha demostrado que somos elementos sociales, no basta con que yo me cuide o tenga una buena cobertura sanitaria, dependo de la salud de los otros. "Nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti".