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Una noche de toque de queda vista por los policías asturianos: "Después de las doce no hay ni gatos, la gente no tiene donde ir"

"Los fines de semana hay grupos de chavales lejos del casco urbano, escondidos, pero al final siempre los escucha algún vecino", cuentan los agentes

Una noche de toque de queda vista por los policías asturianos: "Después de las doce no hay ni gatos, la gente no tiene donde ir"

La Policía Nacional y las distintas policías locales son las encargadas, desde el pasado fin de semana, de velar por el cumplimiento de las nuevas restricciones con las que los gobiernos regional y autonómico tratan de frenar los contagios de coronavirus reduciendo la interacción social. Desde el viernes una orden regional impide a los bares abrir más allá de las once de la noche. El domingo a esta prohibición se sumó la del "toque de queda" que impide a los ciudadanos circular libremente por la calle entre las doce de la noche y las seis de la madrugada. A pesar de que esta última norma, la más restrictiva de todas, no entró en vigor hasta los primeros minutos del lunes los agentes que patrullan las calles y con los que ha conversado este periódico aseguran que los movimientos ya estaban más que limitados desde el fin de semana.

"El sábado todavía no había toque de queda y a las doce de la noche por la calle no había ni gatos. Ni tan siquiera los más pillos que durante el confinamiento les sorprendías paseando el perro a la una de la madrugada", aseguraba uno de los agentes que patrulla por Gijón haciendo hincapié en que quizá "no es tanto por conciencia ciudadana como por el problema de que no tienes donde ir". De vez en cuando, eso sí, los funcionarios descubren un "botellón" al que acuden adolescentes. "Las noches del fin de semana te encuentras a grupos de chavales, eligen sitios muy lejos del casco urbano y escondidos pero al final siempre los acaba escuchando algún vecino", aseguran.

Entre tanta calma, eso sí, siempre hay quién da la nota. Varias patrullas de la Jefatura Superior de Policía de Asturias fueron movilizadas durante las noches del domingo y el lunes. En las primeras horas del toque de queda los funcionarios del orden tuvieron que actuar contra una manifestación de jóvenes que protestaban por el confinamiento nocturno. El lunes los responsables de la Jefatura cambiaron los turnos de varios equipos para que los agentes garantizaran que se desarrollaba con total normalidad la manifestación de hosteleros que estaba convocada en protesta por las restricciones.

Los agentes lamentan, eso sí, que se tenga que aplicar la ley con tan pocos efectivos. Hace días los agentes de la Unidad de Intervención Policial de la Jefatura de Asturias (los conocidos popularmente como "antidisturbios") han recibido la orden de desplazarse de nuevo a Cataluña. Otro subgrupo de la UPR (unidad de Prevención y Reacción) se van mañana mismo al campo de Gibraltar a luchar contra el tráfico de drogas. Cada vez menos efectivos y cada vez más trabajo. En Siero un solo zeta (un coche patrulla con dos agentes) debe controlar Pola, Lugones, El Berrón, La fresneda y la zona de Colloto que pertenece a Siero. En Mieres también hay un solo coche y en Langreo "sobreviven" con dos.

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