Ignacio Villaverde, catedrático de Derecho Constitucional, quiere situar a la Universidad de Oviedo entre las 100 mejores del mundo (ahora está en el 500). Ese es el gran reto, el objetivo último de su mandato si consigue ganar las elecciones y ser el próximo rector de la Universidad de Oviedo. Durante la presentación pública de su candidatura y su programa electoral –todo telemático–, el candidato opositor se comprometió a elaborar un plan estratégico de cuyos avances (o no) daría cuenta anualmente, igual que elaborará un presupuesto en el que la inversión tenga objetivos y libere a los equipos de investigación de gastos que no les corresponden.

El jurista será, salvo mayúscula sorpresa de última hora, el único candidato a disputar el rectorado a su actual titular, Santiago García Granda, cuyo proyecto es “continuista”, según Villaverde. Sin embargo, su idea de la Universidad de Oviedo está centrada en las personas, y la definió con una palabra: “unidiversa”, porque engloba en sí misma los conceptos diverso, inclusivo y amigable.

Entre sus propuestas figuran, por ejemplo, poner en marcha la carrera profesional para el personal administrativo (PAS) y para los profesores. También lanzar una estrategia de captación de talento, diseñar un plan de movilidad que acerque los campus; promocionar a los acreditados; mejorar las infraestructuras de investigación; reinventar la Casa de las Lenguas; una reorganización interna que debe estar culminada en dos años, recuperar el espíritu crítico y la tensión intelectual.

Villaverde descartó un nuevo retraso electoral, y lamentó que el actual Rector no haya contactado con él, siquiera “por cortesía institucional”, para coordinar una estrategia electoral en la situación de alarma sanitaria que se está viviendo: “Incluso si se declarara un confinamiento domiciliario, afectaría a tres o cuatro días de la campaña electoral, y podríamos negociar incluso renunciar a ellos”.

Pero el catedrático aprovechó para defender el voto presencial, porque “si podemos venir a trabajar, podemos venir a votar, cuidando de la salud de todos, claro”. En cualquier caso, añadió que Santiago García Granda ya adelantó que un nuevo retraso dependería de la decisión de la junta electoral, “y para mí, la que tome, bien tomada está”.

Ignacio Villaverde invitó de nuevo al actual Rector a celebrar un debate telemático y echó la vista atrás para recordar el que mantuvieron Juan Vázquez y Vicente Gotor en 2004, y los dos que se desarrollaron en 2016, cuando se presentaban cuatro candidatos al rectorado. “El sentido de la universidad es debatir ideas y sería inexplicable que no debatiéramos en público entre los dos candidatos. La comunidad podría percibir la seriedad, el compromiso y la altura de ambos candidatos. El intercambio de ideas y el debate siempre enriquece. No deberíamos hurtar esa posibilidad a la comunidad educativa ni a la sociedad”, afirmó.

“Más criterio”

El candidato opositor al actual equipo rector señaló que durante los últimos cuatro años se han gestionado los presupuestos con una “economía de guerra, muy centralizada y con falta de orientación y criterio”. Su propuesta de estructura presupuestaria pasa por que los centros e institutos de investigación “puedan tener capacidad de gestión, los laboratorios, las bibliotecas, las aulas...” Es decir, que “todo tenga una dirección y no dependan las cuentas tanto de proyectos de investigación que consigan financiación con la que se tienen que hacer cargo de gastos que no les corresponden”.

El jurista añadió que el actual Rector presentó hace cuatro años un plan estratégico “del que nunca más se supo”. Por contra, añadió, “el nuestro es de planificación estratégica en la que compartimos objetivos” y habrá un claustro anual en el que se dará cuenta de los indicadores y objetivos alcanzados y los que no se han conseguido.

“La Universidad de Oviedo necesita volver a ser fuerte institucionalmente, y para eso su consejo de gobierno debe ser el motor”, añadió.

Precariedad laboral

Villaverde quiere poner en marcha un plan de investigación “que se va a ejecutar en su totalidad”, y con apoyo a grupos emergentes; impulsar la plataforma digital “no para convertirla en una universidad online, que no lo es”, sino para que “nos permita desburocratizar” la institución. También trasladó un mensaje de apoyo y seguridad a las plantillas, con un plan anual de convocatorias con agenda y requisitos claros, y trabajar en promover, promocionar y consolidar equipos, estabilización y reducción de la precariedad laboral –“que la hay, y mucha”, enfatizó– y un plan de rejuvenecimiento “para que no comprometamos el futuro de la Universidad, porque la mitad de la plantilla se jubila en diez años”.

El catedrático de Derecho Constitucional es consciente de que puede acaparar “votos de rechazo a la gestión realizada en los últimos cuatro años” por la dirección que encabeza Santiago García Granda. Pero añadió que si estos votos serán bienvenidos, es más partidario del “voto positivo, porque siempre será proactivo a compartir objetivos, a unirse al propósito del cambio y de recuperar una Universidad viva, con tensión y músculo”.

Las elecciones, salvo que el covid-19 lo impida de nuevo, tendrán lugar el 1 de diciembre.