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Clamor en la frontera con Galicia: "Allí el modelo de cierre de comercios es más justo"

Los concejos limítrofes con la región gallega lamentan la dureza de las medidas asturianas pese a su baja tasa de covid: "Nos van a matar en vida"

Ambiente en una de las calles comerciales de Ribadeo

Pese a ser comunidades vecinas, el modelo de control de la pandemia en Galicia y Asturias es radicalmente diferente. El gobierno de Feijóo está optando por un cierre concejo a concejo en función de la población y los datos sanitarios, que contrasta con la opción asturiana de aplicar las mismas duras restricciones a todo el territorio. Y eso, en la zona fronteriza, donde, además, los datos de la incidencia del covid-19 son relativamente bajos, se puede decir que está levantando ciertas ampollas. “El sistema gallego parece más justo”, señala la presidenta de los comerciantes veigueños, Isabel Menéndez.

“Entiendo que en zonas con incidencia alta hay que pararla, pero las medidas asturianas parecen poco elaboradas. Yo entiendo que sería mejor un cierre por concejos, según la incidencia. No sé por qué hay que cerrar los Oscos o Taramundi que no tuvieron ningún caso. Se podría hacer de otra forma”, añade esta comerciante, consciente del daño que está haciendo a la comarca más próxima a Galicia este blindaje.

“Este cierre nos va a matar en vida”, admite el Alcalde veigueño, César Álvarez, testigo de situaciones llamativas como el hecho de que trabajadores que acuden a su concejo a diario se tengan que desplazar a Ribadeo para comer. Evita entrar a valorar si el planteamiento gallego es mejor, pues dice que “no hay modelo bueno”, pero espera que se tenga en cuenta el esfuerzo que está haciendo la zona rural. “Asumimos la responsabilidad que conlleva tomar decisiones así, pero a ver cómo reparten las ayudas después y cómo revierte en la zona”, expone.

Negocios cerrados en Vegadeo Tania Cascudo

“Es muy triste ver Vegadeo así, con tan poco movimiento de gente, casi parecido a cuando estuvimos confinados”, añade Menéndez. Con ella coincide el músico y productor cultural Abel Pérez, que se desplaza a diario a trabajar a la localidad lucense de A Pontenova, con los negocios abiertos y a un paso de Asturias. “Me fastidia ver Vegadeo desierto”, indica, como también que el territorio no alce la voz contra esta situación. “No tiene sentido este planteamiento básico para todos, sin ningún análisis. Aquí los ayuntamientos están gastando recursos para hacer las cosas más o menos bien, tenemos modelos sociales diferentes a lo urbano y habría que premiarlo porque si el que tiene cero casos lo cierras igual que el que tiene cien...”, expone, al tiempo que hace un llamamiento a estudiar el comportamiento de los brotes en la zona rural con un control más fácil que en las zonas urbanas. “Las zonas rurales merecemos otro tratamiento”, añade.

El Alcalde de Santa Eulalia de Oscos, Víctor Lorido, también cree que a priori el modelo gallego puede ser mejor, pero dice que es complicado valorarlo. “Si la gente fuera respetuosa con las normas, el modelo gallego igual sería mejor, pero visto que la gente se salta las normas no sé cómo podríamos controlar que no siguieran viniendo a los municipios que quedásemos abiertos. Es la cruda realidad. No sé qué pasará en Galicia, pero lo veremos”, señala. En su caso, limitan con el concejo lucense de A Fonsagrada, que está en nivel amarillo por varios casos en las últimas semanas. “Igual el cierre perimetral de Asturias fue un acierto e hizo que no saltaran casos aquí porque nosotros tenemos bastante movilidad con ellos. Nunca se sabe, lo que es bueno para una cosa es malo para otra”, señala Lorido.

"Las zonas rurales merecemos otro tratamiento”, aseguran en Vegadeo

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La Xunta toma decisiones en base a cuatro niveles de alerta (de cero a tres). Según las normas establecidas para municipios de menos de 50.000 habitantes, en el cero están los concejos que, como Ribadeo (también sería el caso de buena parte de los municipios de Occidente), tienen menos de siete casos y en el tres, los que superan los veintiún casos. Los sesenta municipios que están en este nivel rojo verán a partir de mañana cómo se endurecen las medidas. En concreto, se restringen todas las actividades no esenciales, lo que incluye el cierre de la hostelería, la reducción a la mitad del aforo en los comercios y el cierre perimetral del concejo afectado, entre otras medidas. Estas limitaciones se prolongan durante un mes.

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