La pandemia sigue interfiriendo en la celebración de las elecciones al Rectorado de la Universidad de Oviedo, que han vuelto a posponerse, ahora por una semana. Las votaciones, a las que están convocadas 23.000 personas, tendrán lugar ahora el 9 de diciembre, siempre que no se alarguen las restricciones establecidas para luchar contra el covid. Los candidatos se lo han tomado con filosofía: entienden que lo primero es velar por la salud, aunque son conscientes de que la elección de la cúpula de la Universidad asturiana ya arrastra demasiado retraso, puesto que el mandato de Santiago García Granda expiró el pasado 8 de mayo.

El pasado marzo se decidió suspender las elecciones, previstas para el 21 de abril. En septiembre se aprobó el nuevo calendario. El 12 de noviembre, en un semana, estaba previsto que se iniciase la campaña electoral, que tendrá que posponerse –según decisión de la Junta Electoral reunida en la mañana de ayer– hasta el día 18, fecha en que finaliza el confinamiento perimetral. Las votaciones estaban previstas para el 1 de diciembre, que ahora se retrasan para el 9.

Solo se mantienen los trámites que no implican movilidad: del 6 al 9 de noviembre se podrán presentar reclamaciones a las candidaturas del recto en funciones, Santiago García Granda, e Ignacio Villaverde. De presentarse, tendrán que estar solventadas el 10 y el 11.

“Son decisiones de la Junta Electoral Central. Me disgusta que no pueda cumplirse el calendario electoral original, pero que lo primordial y lo responsable es velar por la salud y colaborar con los planes del gobierno del Principado de Asturias”, indicó García Granda. “Me preocupa mucho la difícil situación por la que estamos pasando y el sufrimiento de las personas. Yo mismo he estado afectado, afortunadamente de forma leve...”, añadió. El rector en funciones manifestó que “la situación es incierta” y que confía “en que se tomen decisiones prudentes que no comporten riesgos innecesarios”. “Desde luego, el rectorado actuara con prudencia y responsabilidad, como hasta ahora”, finalizó.

Por su parte, Ignacio Villaverde calificó de “sensata” la decisión de la Junta Electoral de posponer una semana las elecciones. “De lo que se trata es de garantizar por todos los medios que la comunidad universitaria en primer lugar vote, y lo haga antes de que finalice el año, y que lo haga de forma presencial en la medida que parece que no da tiempo a montar un sistema telemático”, resaltó. “Para eso tenemos que garantizar unas condiciones sanitarias. Mantener el día 1 de diciembre entrañaba un cierto riesgo. El estado de alarma solaparía unos días de la campaña electoral”, añadió.

Moviendo una semana el calendario, “ganamos unos días, en la idea de que este estado de alarma aplane la curva, de forma que se pueda votar de forma presencial, porque la Universidad necesita un cambio”, finalizó.