Indignada y cabreada es como se siente Teresa Fernández, al frente del comercio del Redondo en Pola de Allande, donde vende ropa y calzado. Teresa Fernández no entiende como una tienda como la suya puede considerarse peligrosa en la propagación del virus cuando asegura que los clientes solo acceden a
Teme pensar en cómo hacer frente a los pagos de noviembre y más aún que esta situación se alargue y afecte a la campaña de Navidad con la tienda llena de ropa y calzado de la nueva temporada de invierno. A pesar de estar cerrada no quiere quedarse de brazos cruzados y ha puesto a disposición de sus clientes su teléfono y las redes sociales para recibir pedidos, que ella se encargará de repartir o enviar.