El número de positivos reportado por el Principado a finales de la pasada semana, por encima de los 500 casos en dos ocasiones, podría llevar a preguntarnos si quizá nos enfrentamos a un escenario aún peor del que preveíamos. Una sencilla predicción con los datos (excluyendo los de ayer, cuyo descenso se debe a la menor actividad el fin de semana) permite ver de qué hablamos.
Se trata de un modelo que no se ha realizado con casos diarios en el eje vertical, sino con una media de los casos de los últimos cinco días. De ese modo, se suavizan las variaciones diarias y el modelo resulta más robusto. Si se ajusta esa media móvil a cinco días con un modelo de Verhulst y un método de optimización local, podemos obtener una sencilla proyección matemática. Según esa tendencia, la segunda ola asturiana podría extenderse hasta entrado el próximo año, con su máximo a finales de este mes y con los nuevos casos en descenso pero aún bastante elevados en plenas Navidades. El total de infectados en Asturias podría alcanzar las 50.000 personas. Obviamente, de estar en este escenario, la presión sanitaria aún crecería más y no comenzaría a aliviarse hasta mediados de diciembre. Por eso, resulta clave ver el comportamiento de los contagios en esta semana que comienza, para comprobar si las medidas tomadas empiezan a surtir efecto y doblegan la curva de casos. Aun así, la presión sanitaria todavía continuará creciendo unos quince días, pero al menos sabremos que la segunda ola está en retroceso.
