El problema de la vivienda es menos si lo que se busca es un piso de una sola habitación. Y aún menos si no te importa el estado en el que está la propiedad. En Mieres, por ejemplo, se publicita una casa de una habitación de 34 metros cuadrados que se ha puesto a la venta por 6.232 euros, toda una ganga en la que, eso sí, no hay ascensor. Tampoco hay calefacción.

Este piso contrasta en precio con el inmueble más caro de Gijón: un chalé de dos millones de euros situado en Somió. Esta vivienda, de estilo modernista, tiene 422 metros cuadrados.

Pero los precios tan altos no son la tónica general. A lo largo de los últimos meses tanto los expertos en vivienda como los constructores ha alertado de que las consecuencias económicas derivadas de la recesión que estamos viviendo como consecuencia del frenazo laboral impulsado para frenar la expansión del coronavirus va a hacer que bajan de forma considerable los precios de los pisos.

La crisis obligará además a bajar también los precios de los alquileres. En este sentido durante las primeras semanas de confinamiento muchos caseros se ofrecieron incluso a perdonar rentas a sus inquilinos para que así pudieran superar de una manera más sencilla la pérdida de ingresos sobre todo en el caso de los autónomos que se vieron obligados a cerrar sus negocios sin ninguna alternativa viable y teniendo que pagar los impuestos correspondientes a pesar de no tener ingreso ninguno en su cuenta. (Aquí te mostramos el alquiler más caro de Oviedo).