El hospital provisional instalado en el pabellón central del Recinto Ferial Luis Adaro de Gijón echó a andar esta tarde. Concretamente a eso de las cinco y media, cuando una ambulancia de Transinsa trasladaba al primer paciente. Se trata de un varón con sintomatología leve de covid que precisa aislamiento y cuidados, según han informado desde la Consejería.
Este centro médico va a funcionar con una plantilla mínima de 40 personas lograda gracias a la movilidad forzosa de profesionales. Al menos así lo aseguró ayer la directora gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias, Concepción Saavedra, que visitó la instalación, antes de que hoy acogiera ya a los primeros pacientes. De las 144 camas disponibles en total, se comenzará con 48, divididas en módulos de 12. Si en la primera ola de la pandemia este dispositivo no tuvo que ser utilizado al remitir los datos de contagios, Saavedra entiende que “en esta ocasión, probablemente tenga que ser utilizado este recurso, pero todo depende de poder aplanar la curva de incidencia”, apuntando que de aquí al fin de semana se verá el efecto de las medidas tomadas en este sentido la semana pasada, con el cierre de comercios minoristas y hostelería y adelanto del toque de queda.
Este hospital, conocido internamente como H-144, acogerá a aquellos pacientes de todo Asturias que no tengan un lugar donde permanecer aislados en sus domicilios o residencias, pero que tampoco requieran de asistencia hospitalaria, pero también para aquellos enfermos que, habiendo sido ingresados en hospitales de agudos, se encuentren ya clínicamente estables, favoreciendo que puedan guardar cuarentena hasta que se negativicen.
A su cargo estarán cuatro decenas de profesionales: 5 médicos, 9 enfermeros, 18 auxiliares de enfermería, 6 celadores y 2 auxiliares administrativos, a los que se sumarán 7 profesionales de logística. A esa plantilla mínima se unirán los sanitarios que se presenten como voluntarios. “Hemos tenido una respuesta muy favorable”, celebró ayer Saavedra, que aseguró que el primer día ya se habían apuntado hasta 77 personas, esencialmente médicos y enfermeros, las áreas donde más carencias de personal existen. “De ellos tiraremos para seguir creciendo, pero entendíamos que tiene que haber una plantilla estable, que organice a los voluntarios”, explicó.
Este dispositivo, que se había desmantelado después de no entrar en funcionamiento en la primera ola de la pandemia, se construyó ahora en apenas una semana, con mejoras además en sus suelos, aseos y vestuarios, circuitos y estructuras. Cuenta con un espacio de triaje, un área para los celadores y personal administrativo y el preceptivo espacio de hospitalización, con camas individuales. Además, se creó una sala de acompañamiento por si algún paciente falleciera. El dispositivo depende del hospital de Cabueñes en las áreas de farmacia, lencería, cocina y laboratorio, con lo que Saavedra prometió que se verán reforzados estos servicios.
El hospital provisional ha tenido que ponerse de nuevo en funcionamiento ya que “esperábamos que la incidencia aumentase en la segunda o tercera semana de noviembre, no en la última de octubre, con un incremento brusco y muy rápido de ingresos en hospitalización y UCI”, explicó. Por ello, desde el Sespa están “trabajando para poner en marcha otros recursos fuera de los habituales, como unidades de cuidados críticos en el HUCA, en Cabueñes, San Agustín y Valle del Nalón”, merced al plan de contingencia creado en el mes de agosto, que preveía una situación como la actual.
Hospital de campaña
Además, Saavedra explicó que se prevé poner en marcha también el hospital militar de campaña situado en el aparcamiento de Cabueñes, pero ya no solo para reforzar el servicio de urgencias, sino que se le ha buscado una nueva funcionalidad: en él se realizarán valoraciones y pruebas médicas –placas o test PCR– a aquellas personas a las que se esté realizando un seguimiento hospitalario o que puedan comenzar a tener síntomas. “De esta forma conoceremos su situación clínica y decidiremos si hay que ingresarlos”, explicó. Para ello se le dotará de 1 médico, 1 enfermero, 2 auxiliares de enfermería y 2 celadores, en horario de 10 a 22 horas. Se trata de voluntarios y trabajadores contratados de la bolsa de demandantes de empleo. Saavedra explicó que si en su momento no se puso en funcionamiento fue porque “se produjo un descenso en la presión asistencial del servicio de urgencias, por lo que decidimos reubicar los recursos”.
Además, el personal de Cabueñes realizó una nueva protesta contra la gerencia del centro, a la que exigen mejor organización y más recursos.
