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Elías Delgado | Jefe de la sección de Diabetes del HUCA

“Es vital conocer el nivel de glucosa: la mitad de los diabéticos no saben que lo son”

“El futuro pasa por capacitar al enfermo para que sea su propio médico con los avances tecnológicos”

Elías Delgado. RICARDO SOLÍS

El Día Mundial de la Diabetes, que se celebra hoy, pretende resaltar el papel fundamental que juega la enfermera educadora a la hora de concienciar a los pacientes y de abordar el tratamiento de una enfermedad que afecta en España a cerca de 5 millones de personas y a unas 140.000 en Asturias. Elías Delgado, profesor titular de Medicina de la Universidad de Oviedo, Vicedecano de la Facultad de Medicina y jefe de la sección de Diabetes del servicio de Endocrinología y Nutrición del HUCA, es coautor de dos estudios sobre la incidencia de la enfermedad en Asturias y en España.

–¿Cómo evoluciona la incidencia de la diabetes en Asturias?

–En España un 14 por ciento de la población mayor de 18 años tiene diabetes de tipo dos. Esto significa entre 4,5 y 5 millones de enfermos. Son cifras similares a las de los demás países desarrollados. Pero la mitad de los diabéticos no saben que lo son. Y es una pena, porque esos años de diabetes oculta, ya producen riesgo cardiovascular. De ahí que por encima de los 40 años sea vital conocer los niveles de glucosa. Más aún si hay obesidad, nivel de colesterol elevado, antecedentes familiares o hipertensión. La diabetes pasa totalmente desapercibida durante años, pero si se pilla precozmente y se trata se ganan años de vida y de calidad de vida. El 80 por ciento de los diabéticos son obesos, de ahí la importancia de la dieta y el ejercicio. Si se baja de peso, probablemente la enfermedad remitirá, durante unos años al menos. Ahí el papel de la enfermera educadora es fundamental porque explica, motiva y capacita al paciente para manejar la enfermedad.

–¿Y en el caso de la diabetes tipo uno?

–Hay entre 40 y 49 al año en Asturias en menores de 30 a 40 años. Esta diabetes aparece de forma brusca y se hace necesario aportar insulina de por vida.

–¿No tiene vuelta de hoja?

–No, es una enfermedad autoinmune: el cuerpo se equivoca y destruye la fábrica de insulina.

–¿Qué avances recientes en los tratamientos ve más reseñables?

–La diabetes tipo uno solo podemos tratarla con insulina. Ahora tenemos mejores insulinas, más nobles y de más larga duración, y sensores continuos, que miden instantáneamente los niveles de glucemia y que han supuesto un antes y después para los enfermos. Tenemos la suerte de que desde hace dos años el Sespa financia este dispositivo. Además, están las bombas de insulina, que aportan la dosis que el paciente programe. E incluso en algunos pacientes el sensor y la bomba “se entienden” y se consigue aportar en cada momento la insulina necesaria.

–¿Y en la diabetes de tipo dos?

–Hay familias de fármacos nuevos que además de controlar los niveles glucémicos ayudan a bajar de peso y a controlar la tensión. Además, aunque aún no sabemos por qué, disminuyen el riesgo cardiovascular. Esperamos que la aplicación precoz de estos fármacos cambie la historia de la enfermedad. El futuro para aprovechar los avances tecnológicos pasa por capacitar al paciente para que sea su propio médico.

–¿Cómo ha evolucionado la calidad de vida de los enfermos en los últimos años?

–Gracias a todos estos avances mejoró muchísimo. La monitorización continua y la posibilidad de ajustarla da una tranquilidad que hasta hace poco era impensable. Hay un antes y después. Ahora es otra diabetes. Y en el caso del tipo dos, por fin es fácil bajar peso, algo que antes era muy complicado.

–Se observa que la diabetes es un factor de riesgo en las infecciones por coronavirus. ¿A qué se debe?

–Hay que diferenciar entre las personas que tienen controlada la enfermedad y las que no. Entre las que la tienen controlada, probablemente el riesgo sea muy parecido a los no diabéticos. Pero este bicho nos tiene locos a todos y nos obliga a ir aprendiendo día a día. Hasta ahora, parece que varón, hipertensión y obesidad son los principales factores de riesgo.

–La pandemia está descontrolada en Asturias. ¿Qué habría que hacer, a su juicio?

–No hay descontrol, al contrario, está controlada pero no queremos que se descontrolen los hospitales. Hay tantos contagios porque en Asturias tenemos una sanidad estupenda y se están haciendo las pruebas a todos los que las necesitan. El coronavirus nos desconcierta, pero Asturias está haciendo un esfuerzo ímprobo; es la autonomía que más pruebas PCR ha hecho siempre y quizá por eso hay tantos positivos.

–¿Es partidario del confinamiento, como pide el Principado?

–No lo sé. Creo que la responsabilidad individual es clave, el pilar fundamental para acabar con el bicho. Ante cualquier sospecha o positivo pediría autoconfinamiento, que no se salga a la calle y que no se vaya a trabajar.

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