El segundo descenso consecutivo en Asturias de la tasa de incidencia de nuevos contagios tuvo un contrapunto fatídico, la jornada más negra de toda la pandemia, con 25 muertos el pasado domingo, según los datos facilitados por la consejería de Salud. Es una cifra que refleja la cruda situación que se vive en las UCI de los hospitales asturianos.

Las 25 víctimas mortales tenían entre 46 y 100 años de edad, 16 eran varones y las otras nueve mujeres, y casi la mitad tenían como domicilio un centro residencial de mayores. El más joven de los fallecidos, de 46 años, era vecino de Gijón y, según su entorno, presentaba patologías de riesgo. En la primera ola del covid, en la pasada primavera, los días más negros fueron el 11 de abril, con 17 muertos, y el 9 de abril, con una víctima mortal menos. Y en esta segunda ola, el registro diario que comunica la Consejería de Salud había aumentado en 31 fallecidos el pasado miércoles, aunque en esa fecha el número de fallecimientos de las 24 horas anteriores se había situado en 18, dato del que cabe suponer que en ese día se actualizó el registro de muertos correspondientes a jornadas anteriores.

La Consejería de Salud confirmó ayer 236 nuevos casos de coronavirus, el segundo descenso consecutivo tras haber alcanzado el pico de contagios próximo a los 800 casos en la jornada del pasado sábado. El SESPA realizó en la jornada dominical un total de 4.386 pruebas PCR, con una tasa de positividad que se situó en el 5,8 por ciento, aproximándose por primera vez en las últimas semana a la cota del cinco por ciento, por debajo de la cual la Organización Mundial Salud considera que el volumen de contagios está bajo control. Los expertos ya habían advertido que la tendencia de esta semana será clave: si el número de contagios se consolida a la baja se doblegará la curva aunque la situación en las UCI de Asturias seguirá siendo de riesgo de saturación dos semanas más.