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Coronavirus Asturias

El lamento de la familia de una fallecida por coronavirus en un centro de discapacidad de Gijón

"No sabía quejarse, no sabía explicar que se encontraba mal: quiero que me aclaren qué ocurrió", pide una hermana

María José Capín falleció el pasado día 8, a sus 53 años, por una neumonía voraz provocada por el covid-19. Era usuaria de la residencia de discapacidad psíquica de Cabueñes, en Gijón, un centro que, tal y como adelantó este diario a inicios de mes, registró un brote que comenzó con un fallecido y tres infectados. La situación ha empeorado considerablemente desde entonces. Ya han muerto cinco residentes y hay otros dos ingresados, uno en el Credine de Langreo y otro en Cruz Roja, aunque ambos parecen evolucionar favorablemente. Capín es una de estas cinco víctimas, y a juicio de su hermana, Cristina Capín, lo sucedido estas semanas en el centro gijonés presenta varias lagunas. “No quiero culpar a nadie, solo una reunión con los responsables para que me aclaren qué pasó con mi hermana”, explica.

La mujer había visitado a su hermana a finales de octubre, pero a los pocos días blindaron el centro. “Cuando hay alguna sospecha se hace, así que no me preocupé. Yo y otra hermana llamamos en los días siguientes y nos dijeron que ella estaba bien”, asegura. De ahí su sorpresa cuando, siempre según el relato de la afectada, la dirección de la residencia le comunica que María José Capín había sido trasladada al hospital de Cabueñes. Era el día 4 de este mes.

“El día anterior nos habían dicho que todo estaba bien y al siguiente, cuando nos llamó una doctora del hospital, nos dijo que estaba muy grave, que apenas saturaba oxígeno, que la cosa pintaba mal. Estuvo día y medio en Urgencias hasta que se quedó una cama libre. Murió al día siguiente, el 8, resume la hermana, que se pregunta cómo su allegada podía estar “bien” el día 3 e ingresar en estado muy grave el día 4. “¿Nadie vio cómo estaba? Ella tenía un 80% de discapacidad, no sabía quejarse, no sabía explicar que se encontraba mal. Tenía problemas respiratorios por unas neumonías de hace unos años, así que no estoy diciendo que el desenlace hubiese sido diferente, pero me preocupa saber cómo estuvo ella esos últimos días en la residencia”, aclara la afectada, que reitera que intentará reunirse con la directiva para hablar: “Mi hermana estuvo allí siete años y hasta ahora el trato con el centro había sido bueno. No quiero señalar a alguien, pero merecemos saber qué pasó”, manifestó a LA NUEVA ESPAÑA. 

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