La pandemia obliga a retrasar por tercera vez y hasta principios del año que viene las elecciones al Rectorado de la Universidad de Oviedo. La Junta Electoral Central decidió ayer posponer hasta el 28 de enero el inicio de la campaña, que debía empezar hoy mismo, y trasladar las votaciones, programadas para el próximo 9 de diciembre, finalmente al 12 de febrero. Según el presidente del órgano, Javier Fernández Teruelo, la idea es que los comicios no se demoren ya más en el tiempo –van diez meses–. Por ello, en su acuerdo de ayer, la Junta exige al equipo de gobierno actual que “apruebe e implante un procedimiento de voto telemático” por si no pudiese ser presencial.

Los dos candidatos, Santiago García Granda e Ignacio Villaverde Menéndez, reconocieron que en estos momentos lo primero es la salud, aunque con matices. El catedrático de Derecho Constitucional culpó al actual rector en funciones de “maniobrar para retrasar todo lo posible las elecciones”. “Santiago no hizo los deberes. Pospuso mes y medio la formación de censos y nos metió de lleno en la segunda ola que todos sabíamos que iba a llegar. Prueba de ello es que otras universidades están votando ahora. No ha sido capaz de programar una votaciones telemáticas como plan B”, criticó Villaverde, que, no obstante, seguirá trabajando estos dos meses para “convencer a la comunidad universitaria de la importancia de votar un cambio”.

Por su parte, García Granda destacó que “lo principal es y debe ser proteger la salud de la comunidad universitaria y hacer compatible nuestra actividad con el respeto a las normas”. Por eso, agregó, “parece más conveniente llevar a cabo este trascendental proceso para la gobernanza universitaria cuando las condiciones y los mecanismos previstos por la Junta Electoral Central y el Consejo de Gobierno puedan desarrollarse con todas las garantías, comodidad y seguridad para el cuerpo electoral”. Como rector en funciones, el químico recordó que la de Oviedo es una “universidad presencial”, que reivindicó como su “esencia principal”. En este sentido, “deseamos recuperar cuanto antes esa presencialidad para todos los centros, departamentos, institutos, facultades y servicios”, remató.

Precisamente, la dilación del proceso electoral responde a la prórroga de quince días que sacó ayer el Principado de las restricciones publicadas el 3 de noviembre y por las que la actividad presencial no esencial en la institución académica asturiana quedó suspendida de forma temporal. La Universidad seguirá siendo online al menos hasta el 3 de diciembre. La Junta Electoral Central tomó la decisión de posponer los comicios en una larga reunión de más de tres horas de duración, en la que se tuvieron en cuenta, por un lado, el periodo lectivo –acaba el 15 de diciembre y empieza, de nuevo, el 28 de enero– y, por otro, la reducción horaria –de un 80%– del registro, lo cual imposibilitaba el voto anticipado. “El censo lo conforman más de 23.000 personas y en las elecciones de 2016 hubo unos 6.000 votos –hay poca participación del estudiantado–. Es mucha gente para la situación sanitaria que estamos viviendo”, valoró el presidente de la Junta, Javier Fernández Teruelo.

El actual es el tercer retraso que sufren los comicios, pero será el último. La pandemia obligó la pasada primavera a demorar las elecciones, previstos entre el 30 de marzo y el 21 de abril, hasta el nuevo curso académico. En concreto, hasta este mes. El Consejo de Gobierno de la Universidad aprobó en octubre un nuevo calendario, que la Junta Electoral Central modificó en poco más de una semana como consecuencia de las restricciones impuestas por el Principado. Y ahora se han vuelto a aplazar hasta principios de 2021, pero de ahí no pasarán. El Rectorado tendrá que poner en marcha un procedimiento telemático alternativo, como ya han hecho las universidades de Castilla La Mancha, Burgos o Zaragoza, que eligen rector de forma online en este final de año.