¿Cuándo debe abrir la hostelería en Asturias? Esa es una de las preguntas que los expertos debaten estos días y que pasa por la mente de todos los asturianos. Hacerlo demasiado pronto puede tener efectos perniciosos en los índices de salud, pero demorarlo en exceso también los tendrá en los indicadores económicos.

Los epidemiólogos ya dan por hecho que a finales de enero se producirá una tercera ola. Todo parece indicar que España sobrepasará más mal que bien la segunda onda antes de reanudar la actividad de manera casi plena. Sin embargo, las diferentes comunidades autónomas llegan a esa meta marcada en las Navidades de distinta manera.

Como ya indicó este periódico, las incidencias del covid acaban siendo una montaña rusa. A medida que se propagan los contagios de las zonas más infectadas, la incidencia se extiende a otros territorios y comienza su descenso a la par que se contiene en los focos de origen. Del mismo modo que Asturias libró mejor que otros territorios la primera ola (el virus llegó con retraso y casi cuando se echaron encima las medidas de confinamiento), también en la segunda ola ha alcanzado el pico con retraso respecto a las grandes comunidades, como Madrid o Cataluña.

Por tanto, todo parece indicar que la hostelería en esos territorios comenzará a reanudar la actividad antes de que esa situación pueda darse en Asturias. Cataluña, por ejemplo, ya está en pleno proceso. ¿Soportará esa presión el sector hostelero, acosado por el agujero económico que han supuesto los cierres, teniendo ante sí una época de gran consumo que puede acabar desperdiciada?

El seguimiento matemático que el catedrático de la Universidad de Oviedo Juan Luis Fernández realiza casi a diario en LA NUEVA ESPAÑA señala que en aproximadamente unos 22 días, Asturias podría dar por superada la segunda ola. Eso nos coloca en el 17 de diciembre.

Precisamente en algunos medios próximos al Gobierno regional se sitúa el día 15 de diciembre como la fecha en la que se podría autorizar una apertura holgada de la hostelería (con reducciones de aforo en el interior), pero para llegar a esa situación aún habría que prorrogar más un cierre que está vigente. Por ahora se extiende hasta el 3 de diciembre.

Quizás podría llevarse a cabo, si los índices de contagio siguen en descenso, una apertura parcial, por ejemplo limitándola a las terrazas y grupos pequeños. Esa medida, que por ejemplo ha planteado el Ayuntamiento de Oviedo, no fue inicialmente bien acogida por los hosteleros, aunque sería una forma de aliviar la transición.

En todo caso, todas las especulaciones están sujetas a la realidad de los datos. Una subida de los casos echará por tierra cualquier opción de reapertura, como ya sucedió con el comercio, cuya vuelta a la actividad quedó sobre la mes del Gobierno al producirse un gran pico de casos.

Juan Luis Fernández, que lleva a cabo sus análisis en colaboración con la profesora de Matemáticas de la Universidad de Oviedo Zulima Fernández, sitúa entre 27.000 y 30.000 el número total de infectados en Asturias en esta segunda ola. Hasta ahora se suman casi 20.000. Por tanto, de ser ciertos los pronósticos, la bajada podría ser bastante acusada. “Es curiosa la simetría que está mostrando la curva entre el ascenso y el descenso”, señala Juan Luis Fernández.

Pero la incertidumbre es tal que a día de hoy nadie se atreve a hacer apuestas sobre cómo se irá efectuando la desescalada. Ni siquiera el propio presidente del Gobierno del Principado, Adrián Barbón.