Con un espectacular encendido de antorchas los hosteleros gijoneses quisieron ayer mostrar su apoyo a los compañeros que se encuentran encerrados en varios puntos del Principado. “Estamos en una situación muy grave”, alertó Félix Marcos, portavoz de la plataforma Hostelería con Conciencia, organizadora de la movilización.

“Están haciendo una labor encomiable”, enfatizó Marcos, que entiende que “no todos tenemos la misma situación”. En Gijón el verano fue un balón de oxígeno, pero entienden que no ocurrió lo mismo en todo el Principado. “El problema es cómo vamos a poder abrir”, remarca Marcos, que apunta que “si nos limitan los aforos o los horarios, no dejará de ser un cierre encubierto”, toda vez que muchos hosteleros no podrán desarrollar su actividad con normalidad. “Habrá a quienes no les compense abrir”, asegura. “Hay gente que lleva muchos años detrás de la barra y no sabe sin podrá volver a abrir o tendrá que cerrar para siempre”, advierte el portavoz hostelero, que asevera que “no sabemos ni cuándo podremos volver a abrir ni en qué condiciones”. Una “incertidumbre” que también se da en lo relativo al cobro de ayudas.

El cierre enciende a los afectados en Gijón

Los momentos más emotivos se vivieron con la lectura de testimonios de hosteleros explicando su complicada situación en primera persona. Como el de Manuel Ojeda, al frente de una vinatería. “Como todos los demás, nunca creí que esto llegase a pasar, nunca imaginé que la agonía se prolongaría tantos meses”, remarca. “Ahora mismo no sé qué va a ser de mi familia. No sé cuánto tiempo podré mantener mi negocio. Un establecimiento que era solvente, pero que será insostenible a corto plazo”. Así lo cree también Ariadna Mújica, que lleva una década al frente de un restaurante vegano: “No teníamos deudas, vivíamos modestamente con unos cuantos fines de semana libres al año y unos pocos ahorros de años de esfuerzo que desaparecerán si las administraciones no toman medidas urgentes”.