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La hostelería avisa al Gobierno: no aceptará “una apertura que suponga un cierre encubierto”

La patronal pide el retraso de la hora para cerrar y del toque de queda, y dice que no se responsabiliza de lo que ocurra si no se escucha al sector

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Los autónomos del valle del Nalón salen de sus encierros en las iglesias de Laviana, El Entrego y La Felguera IRMA COLLÍN

La última advertencia de la hostelería asturiana es un aviso de que no aceptará “una apertura que signifique un cierre encubierto”. La soliviantada patronal de gremio eleva el rango de su exigencia hasta la aclaración de que no se va a conformar con cualquier fórmula de vuelta a la actividad a partir del próximo miércoles, sobre todo en lo relativo a su hora de cierre. Saben que el Gobierno del Principado les ha prometido conversar de aquí a entonces y consensuar las condiciones de una eventual reapertura de los establecimientos en función de la evolución de la onda epidémica en este puente, pero insisten especialmente en que quieren que se les permita abrir hasta las once de la noche. Dicen que su mensaje para esa negociación “ya está lanzado” en esos y otros términos, que “a quien le toca responder ahora es al Gobierno” y que si no negocia o no atiende a sus reivindicaciones “no quedará más remedio que salir a la calle”.

El presidente de la patronal de la hostelería y el turismo, Otea, enfoca la petición hacia la ampliación del horario de cierre que tenían antes de la clausura de sus locales, algo que implicaría el desplazamiento del toque de queda de las diez a las doce de la noche, e invita a observar que “hay muchas peticiones de hosteleros para llamar a la desobediencia civil. Esa es una línea que Otea nunca va a pasar, pero declinamos toda responsabilidad sobre lo que ocurra” si no se trata al colectivo “con respeto y justicia”.

Jorge Blanco, uno de los encerrados en la iglesia de San Pedro de Gijón, recoge comida de manos de su amigo Luis García. | Marcos León

José Luis Álvarez Almeida advierte de que si no hay orden de apertura para el jueves, pero también probablemente si “no se abre en las condiciones” que ellos han establecido, “tendremos que volver a convocar al comité ejecutivo de Otea y plantear de nuevo movilizaciones”. No quedará más remedio, resalta, que “volver a salir a la calle”. Álvarez Almeida espera, atento de entrada a la evolución de los contagios y pendiente de reojo de la reacción del Principado. Mientras el Ejecutivo autonómico apunta hacia una apertura “gradual” de los establecimientos hosteleros, Otea ha asegurado esta semana que aceptaría abrir terrazas e interiores, sin servicio en barra, con dos metros de distancia entre mesas y una ocupación máxima de seis clientes por cada una, pero ahora se dicen especialmente preocupados por el horario.

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Los hosteleros arropan a los cinco de San Pedro

Su propuesta obligaría a desplazar el toque de queda establecido a las diez de la noche hasta las doce, de forma que los locales admitiesen clientes hasta las once y estuviesen obligados a estar completamente desalojados a las once y media… Si se mantiene la situación actual, resalta Almeida, no hay cenas y eso en el sector no se entiende “desde el punto de vista del sentido común. No creo que la expansión del virus se pueda controlar por evitar las cenas”, resalta, y si ya está admitido que el toque de queda se mueva excepcionalmente en Nochebuena y Nochevieja, “también se podrá el resto de los días”, afirma.

El caso es que la hora de cierre y su repercusión sobre el toque de queda amenaza muy seriamente con incorporarse a los motivos de fricción en la tirante relación que han establecido la hostelería asturiana y el Gobierno del Principado. La posición de los empresarios del sector ha quedado establecida, apunta Almeida, de viva voz en las reuniones, por escrito en un mensaje dirigido a la Consejería de Cultura y anteayer, en la concentración convocada en Oviedo, donde “se vio claro que el sentir del sector está del lado de lo que pide Otea” y ahora la pelota queda en el tejado del Ejecutivo.

El emotivo discurso de los autónomos del valle del Nalón tras salir de sus encierros en la iglesia de Laviana

El emotivo discurso de los autónomos del valle del Nalón tras salir de sus encierros en la iglesia de Laviana

La protesta hostelera sigue, mientras tanto, en diferentes frentes. Ayer, bajo una incesante lluvia y un frío intenso, salieron de forma escalonada y entre aplausos los autónomos del valle del Nalón que permanecían encerrados en las iglesias de Pola de Laviana, El Entrego y La Felguera. Abandonaron el encierro sin dejar la pelea, “contentos por lo conseguido, pero con ganas de seguir luchando por lo que queda”. “Mereció la pena y no dudaríamos en volver a hacerlo”, aseguró Francisco Sánchez-Mariscal, uno de los dieciocho autónomos que protagonizaron una protesta durante las últimas semanas en los tres templos reclamando ayudas de las administraciones tras verse obligados a cerrar sus negocios. “Logramos siete de los puntos principales que reivindicamos a los Ayuntamientos y el Principado, es una victoria dentro de la batalla y salimos con la cabeza bien alta”, aseguró Paula Iglesias, una de las portavoces de la Plataforma de Autónomos y Trabajadores del Nalón (ATN), antes de leer, emocionada, el comunicado a las puertas de la iglesia de Pola de Laviana.

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