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Lío por la ventilación de las aulas: no hay instrucciones claras y el Principado contradice a los científicos

“Subimos la calefacción, pero pasamos frío igual”, afirman los directores de los centros, que permiten a sus alumnos hasta llevar mantas

Alumnos del Instituto Padre Feijoo de Gijón, este viernes, en clase, con abrigos para combatir el frío que entra por las ventanas, abiertas para reducir el riesgo de contagio por covid. | Juan Plaza

En unas clases las ventanas están abiertas todo el tiempo; en otras, a ratos, se cierran si los estudiantes se quejan por el frío; y en otras hay purificadores... En Asturias cada centro, e incluso cada profesor, renueva el aire de las aulas “como le parece” para minimizar el riesgo de contagio por covid. No existe un criterio único, y los colegios e institutos llevan esperando desde inicio de curso –hace casi tres meses– a que la consejería de Educación publique un protocolo con instrucciones claras sobre cómo ventilar. De momento, lo único que tienen en sus manos los equipos directivos es una guía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que por otro lado contradice las mínimas recomendaciones hechas por el Principado.

El CSIC, se quejan los profesores, aconseja la ventilación cruzada –ventanas y puerta abiertas– mientras que la consejería de Educación, la normal –ventanas abiertas y puerta cerrada–. Esta discordancia está generando muchas dudas en los centros, que esperan como agua de mayo a que el departamento de Carmen Suárez publique de una vez un protocolo específico, como urge CC OO. Entre tanto, la mayoría de colegios e institutos asturianos optan por abrir las ventanas todo el rato y por gastar más en calefacción para lograr “un mínimo de confort térmico”. Aun así, confiesan, se pasa “frío” en las aulas, sobre todo desde esta semana a raíz de los temporales. Por eso, los equipos directivos permiten a los alumnos llevar a clase “toda la ropa de abrigo que necesiten”, incluido mantas.

“Nosotros hemos comprado medidores que nos dicen que no debemos cerrar las ventanas más de 15 minutos, por lo que hemos recomendado que estén abiertas el mayor tiempo posible”, explica César Suárez, director del IES Montevil de Gijón. “Aunque hasta este semana el tiempo ha sido bastante bueno –continúa–, permitimos traer ropa de abrigo y/o mantas. Y vamos a rotar a los alumnos para que no estén los mismos en las ventanas y estamos poniendo más calefacción”. Lo mismo está haciendo el IES Padre Feijoo de Gijón, según cuenta su directora Ana Gloria Blanco: “En nuestro centro abrimos las ventanas todo el tiempo y ponemos la calefacción para lograr un mínimo de confort térmico. Las mantas son ahora mismo raras. No tenemos medidores de CO2, aunque es posible que los probemos más adelante”.

En el IES La Corredoria de Oviedo, el instituto más grande de Asturias, también tiran de calefacción para “paliar el frío y los efectos de la ventilación cruzada”, según dice su responsable, Francisco de Asís. “Pero igualmente necesitamos tener el abrigo puesto todo el tiempo”, añade. De Asís hace hincapié en la contradicción existente entre las instrucciones de la Consejería y los estudios del CSIC. “El Principado recomienda ventilación normal y el CSIC ventilación cruzada. Nuestro instituto ha hecho una consulta a prevención de riesgos laborales del Principado y estamos esperando la respuesta”, comenta.

Purificadores de aire

En el colegio Montedeva de Gijón esperan ansiosos a que Educación publique un protocolo para que la ventilación de las aulas “no quede en el aire”. “A nosotros nos han orientado especialistas y lo que hacemos es tener las ventanas abiertas todo el tiempo, pero no de par en par, sino de forma que haya un flujo constante de intercambio de aire”, señala el director Miguel Marcos. Por su parte, en el colegio La Gesta de Oviedo, la asociación de padres y madres de alumnos costearán la compra de medidores de CO2 y de purificadores de aire para evitar que sus hijos pasen frío durante el estudio. “Cuando está muy malo el tiempo, abrimos 15 minutos, cerramos un rato y volvemos a abrir pasada media hora o así. Pero durante el recreo ventilamos permanentemente. Aunque vayamos a comprar medidores y purificadores, que pagarán la AMPA, la ventilación natural es insustituible, como nos insisten las autoridades sanitarias”, expresa la directora Elisa Fernández.

Hasta ahora, la única alusión que hace sobre este asunto el Protocolo de Salud Laboral para la Prevención de contagio por covid-19 en el ámbito laboral del Personal Docente es que “se procederá a la ventilación diaria de todos los espacios del centro”. Esta instrucción poco concreta está dando lugar, según los profesores, a que “cada centro y casi cada profesor lo interprete a su manera” y a que “se dejen influenciar por las quejas de algunas familias que dicen que sus hijos pasan frío”. “En mi centro hay docentes que ventilan mucho y otros que menos”, asegura una profesora de Secundaria de la cuenca del Nalón. Ella en concreto solo cierra las ventanas si “hay viento racheado o llueve de lado”. “Yo tengo permanentemente abiertas las ventanas. La orden de Consejería es no abrir la puerta para que no haya corriente y que el virus no salga al pasillo... Cuando realmente sería más eficaz. A mi clase los alumnos pueden venir con abrigos, gorros, guantes, mantas... Con lo que necesiten. Yo llevo una bata enorme y debajo voy con tres capas”, cuenta.

Otra profesora de Secundaria, en este caso de un instituto de Oviedo, confiesa lo mismo: “Ventilamos lo que nos parece”. “Estos días hace frío y el alumnado en cuanto puede cierra las ventanas. Además, no existe un criterio único y seguimos sin entender por qué al principio las puertas podían estar abiertas y ahora no. Hay poca claridad y, como hay poco conocimiento sobre el tema, cada uno hace lo que le parece”, remata.

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