La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La crisis sanitaria acaba con el zoo de Cangas de Onís, que cierra tras 32 años de actividad

“No podemos aguantar más”, lamenta Ernesto Junco, el propietario de un centro pionero en Asturias, que lo deja “con pena y resignación”

Ernesto Junco, en su zoo, en una imagen de archivo.

Fue el primer zoológico de Asturias y echa el cierre tras 32 años de vida. El coronavirus ha acabado con su futuro. “No podemos aguantar más”, sentencia Ernesto Junco, el hombre que abrió las puertas de La Grandera, en Sotu de Cangas, y que ahora las cierra “con pena y resignación”.

Junco le echó paciencia durante la primera ola del coronavirus, pidió ayuda para poder alimentar a los animales que cría y mantiene, recibió apoyo social durante los primeros meses del confinamiento, “pero no ha habido suficientes ingresos en verano, lamenta.

“Ha habido epígrafes para subvencionar cierres de todo tipo, pero ninguna reserva para parques, jardines y zoológicos. Un hostelero cierra y paga sus impuestos, pero nosotros cerramos y tenemos que pagar impuestos y mantener a los animales. Ha sido insostenible y el futuro no pinta bien, un día abren, otro cierran… Y después de pensarlo mucho, lo más sensato es acabar con el primer zoo de esta región”, dice con lástima.

Con el zoo se cierra un punto turístico del Oriente. “Venderemos los animales que podamos, devolveremos a los centros de recuperación los que deban ir ahí y conservaremos algunos, como el oso, que cumple 25 años el 15 de enero, o el asturcón, que se crió aquí y cumple en 2021 los 33”. El futuro, “no se sabe ni cómo pinta” y aunque ha habido conversaciones con personas de Austria interesadas en hacer “un recorrido fotográfico” no hay nada concreto por el momento. “Esperamos poder seguir alimentando hasta materializar las ventas, echaremos al paro a los dos empleados, que llegaron a ser siete, y echaremos la llave. Esto es así, un verdadero desastre”, zanja.

Compartir el artículo

stats