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Preocupación por el 20% de trabajadores de geriátricos reacios a ponerse la vacuna

Las 320 primeras dosis llegan a la Residencia Mixta de Gijón, la más grande de Asturias, para administrarlas a unos 280 residentes

Una mujer de 90 años, primera en recibir la vacuna contra la covid en Suiza

Cerca del 20 por ciento del personal que trabaja en residencias geriátricas –aproximadamente uno de cada cinco empleados– al que Salud ha preguntado si quiere vacunarse contra el covid-19 ha dicho que no. La tasa, aunque minoritaria, “preocupa”, según confirmaron distintas fuentes, teniendo en cuenta la rápida expansión del virus y que se trata de sociosanitarios que trabajan en contacto directo con personas muy vulnerables y entre las que existe un elevado riesgo de grave contagio. La segunda ola en los geriátricos ha sido mucho más virulenta que la primera, con 1.921 defunciones entre residentes y 450 fallecimientos. Las razones esgrimidas para rechazar la vacuna son varias, aunque destacan los que entienden que seguir aplicando los protocolos de mascarilla y distancias en su vida es suficiente y los que tienen poca confianza ante posibles efectos secundarios, menores y leves según las autoridades.

La campaña de vacunación contra el covid-19 comienza hoy, salvo sorpresa de última hora, en la Residencia Mixta de Gijón, la mayor de Asturias, con 461 plazas para residentes. El centro recibió ayer por la mañana la confirmación tras dar negativas todas las pruebas PCR practicadas, según pudo saber este periódico, aunque desde la Consejería de Salud no se facilitó información alguna, indicando únicamente que hasta hoy mismo no se concretaría ni la residencia ni el horario aproximado de inicio de la administración de las primeras dosis.

Las distintas fuentes consultadas indicaron que además de la Residencia Mixta de Gijón, Salud había previsto y encargado cribados en otros dos geriátricos para tener “un plan b” en caso de que surgiese algún positivo en la mayor residencia de Asturias.

Está previsto que lleguen a primera hora de la mañana las primeras 320 dosis para un inicio de campaña considerada “simbólica”, porque se prevé que a partir del lunes, y todos los lunes de las próximas semanas, lleguen las partidas con las vacunas suficientes para que a finales de enero todos los residentes de los geriátricos asturianos y el personal que les atiende hayan recibido las dos dosis que les protegerá contra el virus.

De las 320 vacunas que se recibirán mañana, unas 280 serán para residentes, que son la mayoría de los internados actuales. Se han excluido de forma “anecdótica” usuarios que no han dado su consentimiento o con problemas de salud y pendientes de recuperación. Las dosis restantes de repartirán entre el personal, del que algo más del 80 por ciento ha dado su consentimiento para vacunarse, aunque el número sobrante de dosis no alcanzará para todos y la mayoría de trabajadores quedará pendiente de que se la inyecten a partir del lunes.

La vacunación en los geriátricos del área sanitaria V, la correspondiente a Gijón, está completamente planificada, explicaron las mismas fuentes, y en los próximos días se avanzará en el resto de áreas sanitarias. El objetivo es que a principios de enero se haya inyectado la primera dosis tanto a residentes como al personal de los centros, para poner la segunda a finales de ese mes y que en febrero estén inmunizados.

La Consejería de Salud lleva más de un mes con los preparativos para esta campaña de vacunación. Y lo que más ha sorprendido ahora es lo que se considera un “demasiado elevado porcentaje” del personal sociosanitario que ha declinado vacunarse. Las mismas fuentes indicaron que se tratará de “facilitar información que ayude a que cambien de opinión”, ya que, aunque ahora rechacen la inyección, podrán solicitarla más adelante.

Los especialistas consultados ayer indicaron que ese 20 por ciento que ha rechazado la vacuna “son datos muy volátiles. En diez días muchos de los que ahora han dicho que no podrán haber dicho que sí, o viceversa, porque tendrán más información y es por responsabilidad”. También coincidieron en que quienes no se vacunen “serán incluso más cautos a partir de ahora a la hora de tomar medidas de seguridad”. Además, hay centros en las que aún no se ha realizado la consulta.

El objetivo es que a finales de enero usuarios y profesionales de los centros asturianos hayan recibido las dos dosis necesarias

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La llegada de la vacuna a Asturias tiene poco menos que tratamiento de secreto de Estado, al punto de que los detalles sobre el recorrido y los horarios previstos para el dispositivo los conocían ayer un grupo reducido de personas.

Estaba previsto que las 320 primeras dosis contra el coronavirus que en los últimos meses ha paralizado el mundo cruzasen de madrugada el túnel del Negrón. Todo en una furgoneta escoltada por la Guardia Civil y en medio de grandes medidas de seguridad. LA NUEVA ESPAÑA tuvo acceso al plan designado por los ministerios de Sanidad e Interior para garantizar que todo transcurría según lo previsto y que llegase a buen puerto la solución al problema más importante que ha afrontado la sanidad en las últimas décadas. El secretismo en torno al plan era tal que ni los agentes que iban a escoltar el cargamento sabían a qué hora tenían que empezar a trabajar. Solo contaban con información aproximada del plan.

Los agentes que escoltan las primeras dosis que el Gobierno ha asignado a Asturias en esta primera tanda (el plan es que cada lunes llegue un nuevo cargamento), traerán las vacunas desde la fábrica de Pfizer situada en Guadalajara –a la que llegaron las vacunas ayer por la mañana– hasta el límite de la provincia de León. Desde ahí será la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de Oviedo (los antidisturbios de la Guardia Civil) la que escolte el medicamento hasta Lugones, donde las vacunas llegarán a primera hora de la madrugada sin que (por motivos de seguridad) se haya podido concretar aún el punto exacto.

Una vez en Langreo se producirá otro intercambio. La Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de Gijón recibirá las dosis y las transportará hasta la Residencia Mixta de Gijón, en donde se pondrán las primeras vacunas tal y como confirmaron ayer diversas fuentes.

La decisión de que sean los residentes en el mayor geriátrico de Asturias los primeros en ser inmunizados la adoptó el Servicio de Salud del Principado hace días. Fue entonces cuando encargaron un cribado PCR para asegurarse de que ninguno de los candidatos a la vacuna había contraído el virus.

Una vez que las vacunas lleguen a Gijón será la Unidad de Prevención y Reacción del Cuerpo Nacional de Policía la que se encargue de su custodia. Lo que pase dentro de la residencia ya es cosa de los agentes de la Comisaría de El Natahoyo.

El secretismo en torno a la vacunación viene de lejos. No en vano el Ministerio de Sanidad (que ha hecho una importante inversión económica en las vacunas) sostiene que sobre este medicamento se ciernen amenazas a nivel mundial de robos por parte de las mafias. Ni tan siquiera ha trascendido dónde está el ultracongelador en el que el Principado irá guardando las vacunas conforme vayan llegando las partidas.

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