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¿Por qué Asturias ha vacunado tanto? Las claves que explican el éxito del Principado en la campaña contra el coronavirus

El Principado concluirá en dos días la primera dosis de vacunación en todos los geriátricos

Vacunas contra el coronavirus.

Asturias ha vivido todo un carrusel de emociones durante la pandemia. El Principado pasó de ser la comunidad en la que menos azotaba el coronavirus (hubo hasta 25 días con cero casos al final de la primera ola), a ser fuertemente golpeada por los contagios semanas después. No hay que olvidar que en un sólo día se llegaron a registrar casi 800 casos en Asturias durante la segunda ola. Ahora de nuevo los focos de medios de todo el país vuelven a apuntar a Asturias. Ayer el propio presidente del Principado anunciaba que el Servicio de Salud público ha administrado ya el 100 por cien de las vacunas que había destinado a la comunidad el gobierno central. Los datos están muy lejos del escaso 6 por ciento de las vacunas que han administrado comunidades como Madrid. Lejos de polémicas como la de aquellas comunidades que dicen que no administran todas las vacunas por si no llega la segunda dosis a tiempo, ¿cuáles son las claves que explican el éxito asturiano? Dos principalmente: la rapidez en la formación de equipos y el trabajo sin descanso. "En Asturias se vacunó en Nochevieja y se vacunó en Año Nuevo", resaltan desde la Consejería.

La primera vacuna se administró hace diez días. Pepita, de la Residencia Mixta de Pumarín en Gijón fue la encargada de recibirla. Las vacunas habían llegado de madrugada desde Guadalajara entre grandes medidas de seguridad. Varios equipos de la Guardia Civil las habían escoltado. Aquel domingo 27 sólo llegaron 320 dosis. La segunda remesa, ya de casi 12.000, llegaría el martes siguiente también entre grandes medidas de seguridad.

Pepita, la primera asturiana vacunada contra el coronavirus: "Tengo miedo al virus, no a la vacuna"

Pepita, la primera asturiana vacunada contra el coronavirus: "Tengo miedo al virus, no a la vacuna" Amor Domínguez

Desde el momento en que se pinchó a Pepita se pusieron a trabajar 148 profesionales repartidos en 50 equipos que iban recibiendo dosis y administrándolas. Todo un entramado de trabajo que ya se había ensayado mucho antes. De hecho la rapidez en formar y preparar a los equipos es otra de las claves. Ya durante la primera semana de vacunación Asturias se convirtió en la referencia en inmunización en los geriátricos. De hecho el consejero de Salud, Pablo Fernández, se comprometió a tener toda la población de geriátricos vacunada el próximo viernes. Pasado mañana. Será entonces el momento de iniciar la segunda fase: la de los sanitarios.

Pero ojo: no todo está ganado ni acabado. Los virólogos adviernten: Asturias puede empezar a vivir el efecto de las fiestas. El semáforo de alerta del covid en Asturias volvió el pasado lunes a iluminar el disco rojo del riesgo de transmisión “alto”. La suave tendencia al alza en los contagios de los últimos días ha elevado el nivel de evaluación del peligro hasta el tercer escalón de los cuatro marcados por el Ministerio de Sanidad, algo que no había vuelto a suceder desde que la bajada de la curva de la segunda ola se confirmó en torno al 20 de diciembre, con el descenso del nivel alto –rojo claro– al ámbar de la alerta “media”. Después de dos semanas de tensa tregua navideña en espera de una tercera oleada, Asturias sigue siendo la región menos afectada de España, pero la ligera elevación de la incidencia acumulada a siete días –el número de casos diagnosticados en tasa por 100.000 habitantes– y el repunte de este mismo valor limitado a los mayores de 65 años han remolcado el cambio de tendencia y el reingreso del Principado en la zona de riesgo alto.

Nuevos retos de vacunación

Si todo avanza sin contratiempos, este próximo viernes estará puesta la primera dosis de la inmunización a todos los residentes y cuidadores de los geriátricos y centros de día anexos, con un grado de aceptación aproximado del 92 por ciento sobre un colectivo global de unas 23.000 personas.

El siguiente paso comenzará el próximo lunes, día 11. Para esa fecha está programado el inicio de la primera dosis de los profesionales sanitarios que trabajan en primera línea frente al covid. Se trata del personal de los servicios de urgencias de hospitales y atención primaria; de toda la plantilla de la red de centros de salud; y de los trabajadores de las unidades de hospitales que atienden a enfermos infectados y sospechosos. El consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, declaró anteayer que el inicio de estas inmunizaciones sería inminente, pero la previsión que se manejaba ayer es que arranquen el lunes.

Como es bien conocido, las dos dosis de la vacuna de Pfizer han de ser administradas con un intervalo de 21 días. Pues bien, ese requisito obliga a que el domingo día 17 arranque la aplicación de la segunda dosis en las residencias, con una secuencia calcada a la de la primera que debe concluir el día 29. Sobre el papel, siete días después de esa segunda dosis, los mayores que viven en residencias, colectivo más vulnerable, estarán protegidos frente al covid-19 pandémico.

Pero por el medio está previsto que acontezca algo novedoso: la llegada de una remesa de vacunas –en un número no determinado– de Moderna, cuyas dos dosis se aplican con un intervalo de 28 días. La eficacia de este tratamiento preventivo es muy similar al de Pfizer –en torno al 95 por ciento– pero cuenta con la ventaja de que las vacunas no necesitan permanecer ultracongeladas, lo que facilita su manejo.

De ir todo según lo previsto y disponer de las dosis necesarias, en la primera semana de febrero recibirían la segunda dosis los trabajadores sanitarios de primera línea.

El siguiente paso será inmunizar al resto del personal sanitario y sociosanitario y, como cuarto grupo, a los grandes dependientes que no estén institucionalizados.

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