Los bomberos del Servicio de Emergencias (SEPA) por fin pudieron sobrevolar el área donde permanece sepultado el operario de carreteras del Principado Virgilio García, después de que una avalancha se lo tragase a él y a su compañero de trabajo César Fernández –este recuperado–, el pasado viernes, 1 de enero. Los responsables de los equipos de rescate enfriaron cualquier esperanza de que el cadáver de Virgilio García pueda ser recuperado pronto. Las grabaciones realizadas por los bomberos indican que es tal la cantidad de nieve que ha caído estos días y tan inestable que se hace imposible llegar a la zona del siniestro, ante el riesgo de que se produzcan nuevas avalanchas, una situación que empeorará aún más con la llegada de la borrasca “Filomena” a partir de pasado mañana viernes.

En el vuelo realizado, se pudo comprobar la existencia de una gran cantidad de nieve que, por el momento, imposibilita el trabajo de búsqueda del trabajador que aún permanece desaparecido en la zona. En el vuelo se descubrió nieve en zonas que estos días atrás estaban limpias. Se cree que se debe a que se han producido diferentes avalanchas de nieve a lo largo el temporal que ha enterrado la parte alta de Asturias bajo un gran blanco. A esto se suma la presencia de grietas en la zona más alta, las laderas del Pico Torres, de donde procedía la avalancha que se llevó por delante la fresadora de Virgilio García y César Fernández. Estas grietas muestran a las claras que los aludes van a continuar, lo que convierte en letal ese tramo del puerto.

Según explicó el jefe de Bomberos de la zona centro, Francisco Barreñada, el lugar de la avalancha que arrastró a los dos operarios está tan cubierto que no se ve siquiera la furgoneta del bombero avilesino Rubén Rodríguez, que resultó muy magullado a consecuencia de la avalancha, lo que indica que ha habido nuevos aludes y grandes precipitaciones de nieve. “Un acción directa en la zona no es posible. Hay toneladas y toneladas de nieve almacenadas en las laderas y amenazan con venirse abajo. En algunas zonas se ven grietas que son un indicativo evidente de que hay riesgo inminente de aludes”, explicó Barreñada. Aparte de la furgoneta del bombero de Avilés, la nieve también ha cubierto maquinaria que estaba aparcada en la subida al puerto. “La situación se va a poner incluso más cruda con las nevadas y el frío que se pronostican para este fin de semana”, añadió Barreñada. Los equipos de rescate elaboran ahora un plan de actuación, a la espera del temporal que llega mañana viernes y que obligará a mantener el parón en el operativo.

Personal de Bomberos del SEPA, tras regresar del rastreo.| SEPA

Ante esta situación, lo único que cabe hacer es aguardar a que mejore la situación, y la nieve esté menos inestable, algo que puede conseguirse incluso provocando nuevas avalanchas, a través de microvoladuras o de una técnica denominada “campana sónica” que se realiza por medio de un helicóptero, según explicó el agente de Montaña de la Guardia Civil de Mieres Juan José Santar.

Otra opción es rastrear la zona con un georadar que podría venir de Noruega, una opción que han planteado los compañeros de trabajo del hijo de Virgilio García, que es investigador en Arcelor. De todo esto se desprende que el rescate de Virgilio García –cuya supervivencia, pasados tantos días, es casi nula– tardará aún bastante tiempo.

En el Puesto de Mando Avanzado, ubicado en Felechosa, permanecían ayer el jefe de Bomberos de la Zona Centro (Francisco Barreñada), efectivos del Grupo de Rescate de Bomberos del SEPA y la Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias, además de personal de logística de Bomberos del SEPA.

Además, los operarios de conservación de carreteras del Principado aprovecharon la mejoría del tiempo para comenzar a despejar la carretera entre la localidad de Cuevas y Ríofrío, la zona en la que se produjo la avalancha. Está siendo una labor muy trabajosa, teniendo en cuenta que a kilómetro y medio de Cuevas cayó el pasado domingo otra avalancha justo cuando los bomberos trataban de llegar hasta el lugar donde está sepultado Virgilio García. Más arriba, en La Raya, a 1.500 metros, se han llegado a acumular tres metros de nieve, algo que no se vivía desde 1990.