Los vecinos de Sotres han vuelto a quedarse aislados debido a la avería de una de las máquinas quitanieves. La caída de aludes sobre la carretera –la construcción de las viseras que frenarían la nieve, y resguardarían la vía, acumula años de retraso y aún no está concluida– impidió ayer salir y entrar en el pueblo.

“Cuando vives aquí te acostumbras a vivir con nieve, frío, falta de servicios primarios, de escuelas… y también con miedo”, asumen los vecinos. “Hoy –por ayer– a las ocho de la mañana bajamos a recoger la leche para hacer queso de Cabrales y para atender a las cabras y tuvimos que dar vuelta porque nos impedían el paso tres aludes”, relata la quesera y ganadera Jéssica López. Fue ella quien alertó al 112, “pero los operarios no pueden abrir la carretera con una máquina prehistórica que les dan para trabajar”, evidencia. Tanto fue así que la máquina inició los trabajos de retirada de nieve, pero “se averió nada más empezar”, censura.

No son los únicos problemas en el pueblo. “Un vecino mayor se cayó estos días y se rompió una costilla” al resbalar sobre una placa de hielo, “porque tampoco hay sal” para deshacerlo, por lo que los vecinos han tenido que sacar picos para librarse del peligro que supone para los viandantes caminar por las calles de Sotres, en el parque nacional de los Picos de Europa.