El Gobierno del Principado obró ayer el prodigio de la práctica unanimidad en la oposición, que a izquierda y derecha, en el fondo y en la forma, confluyó en la reprobación de las medidas anunciadas ayer y hasta en la fórmula del reproche. La acusación por “improvisación” se repite en prácticamente todas las opiniones críticas emitidas ayer por los grupos antagonistas del socialista en la Junta, que acusan también al Ejecutivo de desdecirse después de declarar la ineficacia de los cierres perimetrales o de actuar con “arbitrariedad” y crear “confusión” con unas restricciones de excesiva complejidad.

Casi el único respaldo explícito llega de la portavoz del PSOE, Dolores Carcedo, que ve “necesario anticiparse y poner en marcha actuaciones efectivas para controlar la evolución de la pandemia en esta tercera ola mientras se avanza en la vacunación”. Apenas hay más contemplaciones. Tras recordar que el Principado valoró como ineficaces los cierres municipales que ahora reactiva, la portavoz del PP, Teresa Mallada, ve probado que “Barbón gobierna a golpe de improvisación y bandazos. Está claro que no sabe qué hacer y tampoco quiere escuchar y acabamos pagando el pato los asturianos, que vivimos en la incertidumbre y el caos”, afirma la diputada, que añade que las decisiones anunciadas ayer “vuelven a ser arbitrarias, vuelven a llegar sin informes científicos que las avalen, sin contrastar con los sectores afectados” y con la compañía de “ayudas escasas”.

En esa línea, la portavoz de Ciudadanos, Susana Fernández, constata que el Gobierno “sigue improvisando y trasladando confusión y caos a la ciudadanía”. A su juicio, “lo primero que debe hacer es activar el fondo de rescate y anunciar, antes de limitar la actividad económica, qué compensaciones van a tener”. El primer problema, al decir de Daniel Ripa (Podemos), parte de que “hace falta un título en Derecho para entender cómo funciona” el mecanismo avanzado ayer. En su opinión, el sistema genera “una incertidumbre innecesaria” y denota “una improvisación” en los procederes posteriores a la Navidad, o después de “relajar” conscientemente las medidas de contención de la pandemia “para salvar económicamente” las fiestas. Barbón, además, “dijo hace dos meses que los cierres perimetrales no habían surtido efecto como excusa para levantarlos”, recuerda también Ripa, y por si fuera poco “siguen sin poner en marcha las ayudas a los sectores afectados”, con lo que se genera “un doble desastre”. “Se improvisa” con las medidas, concluye, “como si la tercera ola no se hubiese visto venir”.

Ángela Vallina, portavoz de IU, prefiere optar sin embargo por la “prudencia”, entendida como el “seguimiento de lo que dicen los expertos y las autoridades sanitarias. Ningún político está capacitado para analizar sanitariamente la situación”, resalta con la conciencia de que en este ámbito “se está haciendo mucha demagogia” y la certeza de que la pandemia se agrava y “salvar la Navidad ha significado la muerte de muchas personas”. Adrián Pumares (Foro) lamenta, sin embargo, “la vuelta a los errores del Gobierno del Principado, que ya había reconocido la inutilidad de los cierres perimetrales”, una medida “fruto de la improvisación y de querer dar imagen de que se está haciendo algo”. Antes de reclamar también las ayudas, reincidió en que “de nada sirve decretar el cierre perimetral de determinados municipios cuando los datos están empeorando en el conjunto de Asturias”. Ignacio Blanco (Vox) completa el inventario de reproches con la sensación de que “se están pisoteando derechos fundamentales” y la exigencia de respeto al “derecho al trabajo y a la libre circulación con unas medidas de prevención sanitarias proporcionales”. “Barbón reconoció en sede parlamentaria que los cierres perimetrales no eran efectivos contra el virus”, resalta también, “pero ahora le da igual desdecirse con tal de castigar a los asturianos y a los negocios para acabar con la economía local y crear una Asturias más dependiente y sumisa del Estado”.