La búsqueda de Virgilio García, el operario de carreteras sepultado por una avalancha en San Isidro el pasado Año Nuevo, cobró ayer un nuevo impulso, aunque, desgraciadamente, no tuvo resultado. Una veintena de agentes del Greim de la Guardia Civil y de miembros de Bomberos del SEPA y de la empresa GAM se concentraron en el rastreo de la zona de la carretera que sube al puerto, que fue donde estaba el cadáver de César Fernández, compañero del desaparecido. Los equipos verificaron dos de los tres puntos que los georradares han marcado como posibles ubicaciones del cuerpo de Virgilio García, pero sin éxito. Por otro lado, el examen de la sangre hallada en el lugar de la avalancha ha permitido descartar que sea la de los operarios arrastrados. Quizá sea de animal.

Como explicó el responsable de Bomberos del SEPA, los trabajos se concentraron en varios puntos. A pie de carretera se abrió paso con maquinaria. En la ladera más inmediata a la calzada, una decena de guardias y bomberos peinaron el terreno con sondas, aunque es tal la masa de nieve acumulada que resultó difícil llegar a terreno firme. Por otro lado, los técnicos de GAM siguieron con los vuelos del georradar acoplado a un dron para terminar de mapear la canal con el fin de detectar irregularidades del terreno que podrían indicar la presencia del cuerpo de García. Este martes, los trabajos se desarrollaron contra reloj. Había cierta premura, ya que a partir de hoy, miércoles, entra un nuevo temporal –de nombre “Gaetán”– que dejará nieve a cotas entre los 1.000 y los 1.500 metros, lo que dificultará, si no lo hace imposible, cualquier trabajo de rastreo. De hecho, ayer la visibilidad comenzó a complicarse conforme fue transcurriendo la jornada.

Entre los vecinos de San Isidro hay malestar. “Es el primer día que se ponen en serio”, apuntaron. Fernando Cordero, el primero en llegar el día del accidente al alud, comentó: “Hemos tenido una semana de buen tiempo y la mayoría de los días no se ha hecho nada, solo había un grupo pequeño de bomberos”. El propietario del hotel La Braña, en La Raya, apuntó: “Veinte días son muchos, han faltado medios. Se requiere que alguien asuma la responsabilidad. Si están esperando que alguien firme un papel diciendo que no va a haber más avalanchas, esto se alarga hasta mayo”.