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“Queremos trabajar, no vivir de las ayudas”, dicen profesionales de la cultura

El Principado presupuesta en más de tres millones de euros la partida destinada a autónomos y pymes con la actividad afectada por el covid

“Queremos trabajar, no vivir de las ayudas”. Es un clamor de los diferentes autónomos y gerentes de pymes del sector cultural en Asturias, uno de los grandes perjudicados por las restricciones para frenar la pandemia del covid-19. Ayer, la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo publicó el listado de quienes recibirán una ayuda por verse afectada su actividad en estos meses. En total, repartirán 3.130.000 euros en importes que van de 1.500 a 4.000 euros, según los trabajadores a su cargo. Uno de los beneficiarios es José Luis Gómez, gerente de Pirotecnia Reiriz, de Tapia de Casariego. Admite que todo dinero viene bien en estos tiempos, pero ansía con volver a trabajar como antes. “La cantidad es bienvenida pero no es lo suficiente como para aguantar un negocio. Lo que queremos es trabajar porque hemos tenido un 90% de caída de la facturación”, comenta.

Las empresas pirotécnicas, íntimamente ligadas a las fiestas y otros eventos sociales, están con ingresos a cero. “El sector está al borde de la quiebra. Tengo al personal en ERTE, pero esta es una actividad que no se puede dar de alta y de baja como otra porque hay que mantener los sistemas de seguridad, que tienen un coste muy alto, seguir pagando los seguros de responsabilidad civil, parte de la Seguridad Social del personal… Los gastos son enormes”, añade Gómez, quien espera que las vacunas ayuden para que este verano puedan de nuevo volver a trabajar como antes, cuando contaban con cuatro trabajadores fijos y hasta ocho en temporada alta.

El gaitero mierense Daniel Álvarez Mora reconoce que la ayuda del Principado “viene muy bien pero estaría mejor que se pudieran dar conciertos, aunque fuera con público reducido, que hubiera un poco más de actividad, que dejasen hacer eventos con medidas de seguridad. Las ayudas nunca vienen mal, pero lo que queremos es dar actuaciones como antes”. La ceramista Rita Prendes, de Carreño, ansía con “poder salir, hacer ferias, tener pedidos, trabajar y vender. No quiero estar parada. Se trata de poder hacer lo que me gusta, no vivir de subvenciones”. Su labor, ligada a los mercadillos y otros eventos culturales, se vio mermada por las restricciones de la vida social desde marzo.

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