La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las elecciones online a rector, el doble de caras que las presenciales de 2016

El voto telemático puede ser el futuro: “Es más cómodo y en Zaragoza la participación fue la más alta en doce años”, defiende la empresa Scytl

Santiago García Granda y e Ignacio Villaverde Menéndez | Luisma Murias / Irma Collín

Las elecciones telemáticas de la Universidad de Oviedo del próximo 12 de febrero serán, posiblemente, las más caras de la historia pero también las más cómodas. Las anteriores votaciones, las de 2016, en las que hubo que celebrar dos vueltas, le costaron a la institución académica asturiana 16.378 euros, sumando el material electoral y las dietas de los integrantes de las mesas. Por contra, el presupuesto de los comicios de la pandemia, con un sistema electrónico, se elevará al doble: 27.255,25 euros, habiendo solo una vuelta. La Universidad tiene aprobado, de todas formas, un importe máximo de 38.048,45 euros. La parte positiva del proceso que enfrentará al hasta ahora rector Santiago García Granda y al constitucionalista Ignacio Villaverde Menéndez es que supone “mayor flexibilidad y comodidad”, lo cual repercute en una mayor participación, según asegura a LA NUEVA ESPAÑA la empresa contratada, Scytl.

Uno de los ingenieros de esta compañía con base en Barcelona y que acumula veinte años de experiencia, Javier Jiménez, pone como ejemplo los resultados de las elecciones online celebradas el pasado mes de diciembre en la Universidad de Zaragoza: “Registró la participación más alta de los últimos 12 años”. Más allá de la pandemia, el voto telemático puede ser el futuro. De hecho, Scytl, especializada en las urnas electrónicas, nació como una spin off de un grupo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona pionero en soluciones de criptografía y seguridad aplicado a la industria del voto electrónico, y hasta la fecha ha llevado a cabo “una decena de elecciones a rector, una veintena a decano, otra veintena a delegados y una treintena a claustros”. Todo ello repartido entre “unas veinte universidades españolas”, concreta Jiménez. En los últimos tres meses, la empresa ha desarrollado la infraestructura necesaria para elegir rector a distancia en Barcelona, Burgos y Zaragoza.

“En todas las instituciones académicas con las que hemos colaborado, el voto telemático ha tenido muy buena acogida. Porque es sinónimo de mayor movilidad y comodidad, ya que permite votar desde cualquier lugar y mediante cualquier dispositivo con conexión a internet”, explica el ingeniero Javier Jiménez. A ello se suma también la rapidez. En cuestión de segundos se puede elegir rector. Pero para ello hay que hacer un “pequeño esfuerzo”, en palabras del presidente de la Junta Electoral Central, Javier Fernández Teruelo. En realidad, son dos como consecuencia del doble factor de autenticación acordado por el Consejo de Gobierno para dotar de más garantías el proceso.

El primero, validar antes del día 8 de febrero en la intranet de la Universidad el número de teléfono. Y el segundo, estar atentos el día antes de las elecciones al correo corporativo. A él llegará un usuario, con el que, junto con el número del DNI, se podrá entrar en la página web habilitada al efecto y obtener el PIN, que le llegará al móvil por SMS. De esta forma, el día de las elecciones los votantes solo tendrán que introducir el usuario y el PIN e, inmediatamente, después pinchar sobre el nombre de la persona que quiera que dirija la Universidad de Oviedo durante los próximos cuatro años.

A las urnas están llamados más de 24.000 votantes, tantos como habitantes tiene Castrillón. Aunque en 2016 solo ejercieron su derecho el 26% y no todos los votos valen lo mismo. Hay que ponderarlos: 55% profesores permanentes, 25% estudiantes, 10% resto de personal docente e investigador y 10% personal de administración y servicios. El número de electores, detalla Javier Jiménez, de Scytl, influye en el “dimensionamiento del sistema”. Y aunque 24.000 parezcan muchos, en verdad son pocos si se comparan con otras universidades. Por ejemplo, su empresa se encargó de las elecciones a rector de la Universidad de Barcelona, con 54.000 votantes. “Más allá de eso –agrega Jiménez– la complejidad de un proceso como este depende de muchos otros factores, como la separación por sectores, la consolidación con otros canales de voto como el presencial o postal, o la autenticación de los votantes”.

Compartir el artículo

stats