La capital de Asturias tuvo ayer su particular serpiente multicolor en la senda del Parque de Invierno. El considerado como uno de los pulmones verdes más concurridos y accesibles de Oviedo se abarrotó desde primera hora de la mañana de familias y deportistas ansiosos de buscar planes alternativos a los habituales vermús y visitas a otros concejos de la región. “Al menos estiramos las piernas un poco”, suspiraron Noemí Otero y Roberto Fernández en pleno paseo mañanero por el parque en compañía de su perro Lucas.
Si bien la lluvia había marcado los primeros días del cierre perimetral activado por la consejería de Salud el jueves, el mal tiempo dio una tregua en la jornada dominical para satisfacción de los mermados negocios del casco histórico. “Echamos en falta más que nunca las visitas de gente de otros concejos, pero al menos hay más vida que ayer en la calle”, explicaba la única trabajadora de una céntrica tienda de alimentación.
Los tímidos rayos de sol ayudaron igualmente a llenar varias de las terrazas hosteleras lastradas en las jornadas anteriores por las precipitaciones. “Esto es otra cosa, ayer llegué pingando por tomar un café”, indicó Jovino Iglesias, un vecino de Pumarín que a diario se desplaza al centro para consumir en las terrazas de los pocos locales que han decidido abrir tras la prohibición de utilizar sus interiores. “Los bares nos necesitan y nosotros a ellos”, manifestó el ovetense, animando al resto de vecinos a consumir “lo máximo posible, pero respetando todas las normas sanitarias”.
La jornada dominical recordó a los domingos de la primera desescalada y los del anterior cierre perimetral. La temperatura agradable animó a muchos a echarse tanto al Parque de Invierno como a otros espacios verdes del municipio, como el siempre recurrente Naranco, o rincones menos conocidos como el recientemente recuperado parque de La Zoreda.
A la espera de una mejoría en los datos de contagios, los vecinos cruzan los dedos para que el tiempo acompañe en lo que quede de encierro. “Al menos que salga algún rayo de sol para disfrutar de la ciudad tan guapa que tenemos”, pide al cielo Enedina González desde una terraza ovetense.