Está confeccionado con tres metros de terciopelo verde y forro de gasa con encaje e incontables horas de puntadas de devoción y gratitud. Marisa Antequera ha bordado, y donado, el manto más reciente que luce la Virgen de Covadonga, “en verde prau”, con detalles de flores perfectas “en rosita y crudo” que costó recortar a la modista “más de una hora cada una de ellas”. El manto es “totalmente distinto” a los que la Santina conserva en su ajuar, reconoce la modista, ya jubilada.