La Audiencia Nacional acaba de sobreseer la causa abierta contra el misionero evangelista madrileño Federico Aparisi, que ha vivido una pesadilla tras verse involucrado en la llamada “operación Mito”, que investiga la red de blanqueo montada por el histórico narcotraficante Sito Miñanco. Según un auto del Juzgado Central número 3, no se ha podido “confirmar la concurrencia de elementos o indicios suficientes de los que se desprenda su participación en el delito de lavado de efectivos”. Finaliza así una pesadilla de dos años.

El error de Aparisi fue venderle una casa a Manuel Andrés Puente Saavedra y a Adriana Moreno Correa, y aceptar un primer plazo por la misma de 60.000 euros. Lo que solo sería un problema fiscal se complicó porque Puente y Moreno son presuntos miembros de la red de Sito Miñanco, y hay muchas posibilidades de que esos 60.000 euros procediesen de la cocaína.

La Policía decía que Aparisi sabía de dónde venía el dinero. Según ellos, pidió unos créditos ficticios a sus familiares para justificar la entrada de dinero de los narcos. El misionero, defendido por la letrada Silvia Hevia, del despacho Vox Legis de Oviedo, ha convencido al instructor de que los créditos fueron reales y además “no sabía que ese dinero negro venía de la droga”.

De Aparisi se ha dicho que lideraba una comunidad evangélica en San Cucao de Llanera, pero él no ha estado jamás en esa localidad, y hace más de quince años que no pisa Asturias. En realidad, la sede de esta iglesia, Communitas Internacional, está en Llanera porque es donde vive la secretaria de la comunidad, pero allí no hay culto alguno.