La defensa de Javier Ledo Ovide, el coañés condenado a 24 años por asesinar a la gijonesa Paz Fernández en febrero de 2018 en Navia, negó ayer en la Sala de lo Civil y Penal del TSJA que la muerte de la mujer tuviese que ver con el machismo. “No hay prueba alguna de la conclusión a la que llegó el jurado según la cual la mató por un sentimiento de posesión”, indicó el abogado Pedro Víctor Álvarez, quien pidió que se anule la agravante de desprecio de género. Además, descartó la alevosía, ya que la víctima presenta lesiones de defensa. “Pudo defenderse. Las heridas, dijeron los forenses, se infligieron en una situación de igualdad entre agresor y víctima”, añadió. La defensa sostiene que hubo un delito de homicidio, no asesinato, motivo por el que pide 15 años de prisión. Fue imposible conectar por videoconferencia con la cárcel de en la que está Ledo (Mansilla de las Mulas, en León), unos problemas ya habituales en la justicia.

Las acusaciones que ejercen los hijos, la madre y las hermanas de la víctima, a cargo de los letrados Graciela Lagunilla y Julio Nieda, pidieron mantener la condena. Para Lagunilla, el desprecio de género quedó más que probado a través de los testigos que los vieron en las horas previas al crimen o de aquellos que conocían la naturaleza de su relación y el carácter del propio Ledo. Y es que “se consideraba superior a las mujeres”. La madre y las hermanas de Paz Fernández, añadió, declararon en el juicio que “era posesivo y quería controlarla”, motivo por el que “el jurado dijo que la asesinó por celos”.

El ataque se inició, recordó Lagunilla, cuando ella mantenía una conversación por Whatsapp con un exnovio, al que le estaba diciendo: “Tengo ganas de abrazarte, mañana nos vemos”. Fue en un ambiente íntimo, en el que no hubiese esperado un ataque de Ledo, cuando este la acometió con un objeto contundente. Lagunilla defendió que las lesiones defensivas de la mujer son compatibles con la alevosía. Pero es que, además, la víctima, de constitución menuda, estaba afectada por el consumo de alcohol, lo que reducía aún más su capacidad de defensa. Julio Nieda abundó en la ausencia de defensa por parte de Paz Fernández. Una de las lesiones más graves la presentaba en el occipital, esto es, en la nuca, y las heridas de defensa en los brazos eran de autoprotección frente a los golpes que estaba recibiendo en la cabeza. “Era agresivo con las mujeres, se le condenó tres veces por violencia de género”, dijo.

El abogado del Estado mantuvo que el jurado justificó todas y cada una de sus conclusiones. Más chocante resultó la postura del fiscal de violencia de género de Gijón, Lorenzo Bodas. Como se sabe, la Fiscalía defendió hasta las conclusiones finales que Ledo era culpable de homicidio, y no de asesinato. El jurado consideró, sin embargo, los hechos asesinato, por lo que modificó sus conclusiones y pidió 21 años por el último delito. Esta mañana no regresó a sus conclusiones iniciales.

Por otra parte, un pequeño grupo de mujeres del colectivo Libres y Combativas se manifestó ante el TSJA para pedir la pena más dura.