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Las empleadas contagiadas del geriátrico de Cimadevilla estaban sin vacunar

La residencia repite pruebas PCR y notifica la muerte de una usuaria | El Sanatorio Marítimo, con 96 infectados y 15 ingresos hospitalarios

La residencia gijonesa de Cimadevilla afectada por el brote, ayer, con el párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, a la entrada. | Ángel González

Las cinco empleadas contagiadas por el brote en la residencia de la parroquia de San Pedro, ubicada en el barrio gijonés de Cimadevilla, estaban sin vacunar. Así lo confirmó ayer la propia dirección del centro, que aclara que cuatro de ellas se negaron alegando problemas médicos cuando se les ofreció apuntarse al listado requerido por Salud y que la quinta acababa de incorporarse para sustituir una baja, por lo que no había podido acceder a esa posibilidad. A juicio de la dirección del centro y de sus residentes, este dato “demuestra que las vacunas sí funcionan” y consideran que su brote, aunque afecta también a 17 residentes, se “tuvo que producir en un periodo de ventana” entre la segunda dosis y la semana de margen que los expertos calculan que debe pasar antes de que la vacunación surta verdadero efecto. Ayer por la mañana falleció también una de estas 17 infectadas, una mujer de 92 años del barrio.

Por su parte, el brote del Sanatorio Marítimo sigue creciendo y suma ahora 96 afectados, 86 usuarios y diez empleados, mientras se siguen agilizando traslados e ingresos hospitalarios para facilitar los aislamientos en el centro.

En la residencia de San Pedro empezaron a saltar las alarmas al finalizar el día el lunes 25 de enero, cuando varias usuarias –todas las infectadas son mujeres– pasaron “muy mala noche”. Por la mañana, una de ellas presentaba fiebre y problemas para respirar. “Así se empezaron a hacer los test y fueron saliendo poco a poco los positivos, mientras algunas mostraban síntomas catarrales o diarrea. Se las fue trasladando al hospital. Primero dos, luego otras dos, luego cinco y luego otras cinco. Solamente una parecía estar más malina y es la que ha acabado falleciendo”, concretó el sacerdote Javier Gómez Cuesta, que vive en la residencia aunque en zona distinta a la del foco. También añadió que “lo delicado” de este brote es la avanzada edad de todas las afectadas por el covid-19, un factor que las vuelve más vulnerables ante cualquier enfermedad.

En cuanto a las cuatro empleadas afectadas por el brote que no se quisieron vacunar, la dirección del centro aclara que en su día alegaron problemas médicos para justificar su rechazo, como su riesgo a presentar una reacción alérgica o algunas patologías crónicas que pudiesen interaccionar mal con las dos dosis. Lo sucedido, no obstante, les ha hecho cambiar de opinión. Al centro ayer solo le constaba una empleada sin vacunar que todavía prefiere no hacerlo. Según fuentes consultadas por este diario, además, una de las cinco contagiadas ha tenido que ingresar en el hospital por la mala evolución de la enfermedad.

Sanitarios a la entrada del Sanatorio Marítimo

En cualquier caso, por la cronología que aportan los residentes y la dirección del centro, parece quedar claro que el brote en el geriátrico parroquial estalló cuando aún no se había completado la semana de margen tras la segunda dosis, que en el centro se aplicó el pasado 19 de enero. La semana se cumpliría el 26, el mismo día en el que una residente amaneció visiblemente enferma. Tuvo que contraer la enfermedad, por tanto, al menos dos días antes, unos cinco días después de recibir la segunda vacuna. Los 17 residentes que quedan en el centro, por su parte, volvieron a someterse ayer a otra PCR para descartar posibles nuevos contagios. Parte de los que están ingresados en estado leve serán analizados de nuevo el lunes para estudiar su regreso a su centro.

En cuanto al brote del Sanatorio Marítimo, los afectados son ya 96 tras sumarse ayer un trabajador y siete residentes. Todos ellos pertenecen a unidades en las que ya se había detectado algún positivo, por lo que el centro está ahora a la espera de repetir pruebas en la unidad de apoyos generalizados, la que alberga a los usuarios más vulnerables, para acabar de cerrar su balance. De esta última unidad no consta todavía ningún positivo, aunque el área se ha “blindado” como una planta de aislamiento precisamente para proteger a los 26 residentes de esta unidad.

El centro también sigue derivando usuarios al antiguo Hotel Kris de Corvera, donde ya han llegado once, así como a Cabueñes y al hospital de campaña del recinto ferial, que albergan en total a 15 ingresados. En un comunicado publicado ayer, el Marítimo aclara que se había administrado la segunda dosis contra el covid-19 “a todos los residentes y a la práctica totalidad de trabajadores” el pasado 28 de enero. Dos días después, el 30, seis trabajadores dieron positivo durante un cribado rutinario del personal. Todos eran asintomáticos.

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