Las perspectivas eran muy halagüeñas para 2020. El sector que se dedica a organizar bodas preveía un incremento del negocio tanto en Asturias como en el conjunto del país. Pero llegó el covid-19 y todo cambió. Ahora, los subsectores que integran este colectivo se han organizado y reclaman un reconocimiento específico que les permita solicitar ayudas y que se puedan celebrar estos eventos, “en los que se siguen estrictamente todas las recomendaciones y no ha habido ni un solo contagio”. Cientos de eventos nupciales “se han suspendido o pospuesto para el 2022”.
Isaac Amselem es el presidente de la nueva Asociación de profesionales de bodas en España (APBE), que ayer se presentó oficialmente al Ejecutivo regional para exponer sus problemas al director general de Comercio, Emprendedores y Economía Social, Julio González Zapico. Al encuentro también asistió Marta Quintero, empresaria y representante del colectivo en Asturias.
En Asturias se celebraron el año pasado 1.978 matrimonios, un 46,5 por ciento menos que en 2019 (según datos provisionales de Sadei). “Pero esas son las cifras de los enlaces, de las personas que deciden casarse, aunque no lo puedan celebrar como quisieran”, explican los representantes del sector. En el Principado se da además una circunstancia diferencial, añaden: “Muchos residen fuera de la región y vienen a casarse a Asturias”, lo que todavía hunde aún más las cifras de negocio
El sector de las bodas engloba a tantos subsectores que, según Amselem, supone en España unos dos millones de empleos directos y cinco millones indirectos. “La boda no es solo el día de la celebración, sino todo lo que implica antes y después. Podemos y queremos trabajar”, remarcó Amselem.
