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Félix Romero | Director general de Medio Natural y Biodiversidad del Gobierno de Castilla-La Mancha

“Si hemos sido capaces de llegar a la Luna, cómo no vamos a serlo de compatibilizar lobo y ganadería”

“Está absolutamente justificado que todos los españoles opinemos y decidamos sobre toda nuestra fauna, sobre el patrimonio natural del conjunto del país, esté o no una especie en un territorio”

Félix Romero, en su despacho de la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad.

Félix Romero Cañizares (Barcelona, 1975) tiene orígenes son castellano-manchegos, creció en Fuenlabrada (Madrid), vivió en Bruselas, y reside en Toledo. Es experto en medio ambiente y gestión sostenible de los recursos naturales. Desde noviembre de 2019 es director general de Medio Natural y Biodiversidad de Castilla-La Mancha. El pasado día 4, en representación del Gobierno castellano-manchego, votó en la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad a favor de la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre). La aprobación de esta iniciativa ha provocado un frontal rechazo por parte de los ejecutivos de Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León, regiones que acogen al 95 por ciento de la población de esta especie en la península Ibérica.

–¿Por qué votó usted a favor de incluir al lobo en el Lespre?

–La postura del Gobierno de Castilla-La Mancha responde a la situación del lobo ibérico. Es una especie única y su hábitat es toda la península, aunque en algunas regiones se haya extinguido, al norte del Duero sea abundante y en otras esté en peligro de extinción. En Castilla-La Mancha tenemos presencia estable de tres manadas. Calculando la media aritmética es lógico que en el conjunto de España la consideremos como vulnerable.

–¿Tiene aval científico proteger al lobo en toda España?

–Los estudios científicos aconsejan incluir al lobo en el Lespre. Juega un papel importante en muchos procesos ecológicos que son la base de nuestra economía y nuestra sostenibilidad a futuro. Por supuesto, no a costa de que los daños que provoca vayan a las costillas de los ganaderos. La sociedad tiene que solidarizarse, empatizar con ellos y amortiguar y minimizar esos efectos. La ganadería extensiva es fundamental y contribuye a la conservación de la biodiversidad, en la cual el lobo es la especie “estrella”.

–Las comunidades del Noroeste critican que haya decidido el voto de comunidades en las que no hay lobos o su presencia es testimonial. ¿Tienen derecho a decidir sobre estas regiones?

–Es una especie ibérica, clave del patrimonio natural español. Está absolutamente justificado que todos los españoles opinemos y decidamos sobre toda nuestra fauna, sobre el patrimonio natural del conjunto del país, independientemente de que una especie esté o no en un territorio. El lobo es de todos.

–¿Ve justo incluir al lobo en el Lespre con el rechazo de las regiones que acogen al 95 por ciento de los lobos de la península?

–Lo ideal es el consenso, pero si no se puede alcanzar hay que votar. Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León tienen muchísimo que decir y aportar porque ahí están las principales poblaciones de lobos, pero la decisión tiene que ser del conjunto del Estado español.

–¿Cree que es el momento adecuado para modificar el estatus del lobo en España?

–¿Cuándo es el momento? Al final lo adecuado es corregir las deficiencias observadas en los últimos años, y una de ellas es ese trato heredado del modelo del lobo como especie cinegética, introducido en la Ley de Caza de 1970. Ese escenario ya no tiene sentido. Ahora que se está poniendo en valor la ganadería ecológica, el turismo rural… ahora que queremos reposicionar la economía alineándola con la ecología es el momento de iniciar esa transición. Europa tiene que reestructurar su modelo económico y apuesta por herramientas más cercanas a la naturaleza. Debemos construir un modelo de gestión del lobo para toda España que permita darle la vuelta a esa sensación de amenaza, miedo y perdidas. Este es un punto de inflexión. Si el perro es el mejor amigo del ser humano no podemos estar a palos con el lobo. Hay especies que merecen un trato diferencial. El lobo es una especie única y emblemática, que juega un papel análogo al nuestro, que nos podría sustituir perfectamente en el ecosistema.

–¿Son compatibles el lobo y la ganadería extensiva?

–Absolutamente. La conservación de una especie como el lobo no puede quedar en tela de juicio por unos daños que en toda España suman dos o tres millones de euros. Hay que utilizar la tecnología para proteger al ganado, mejorar el seguimiento de las poblaciones del lobo... Asociar la imagen del lobo, en positivo, a la producción agraria supondrá un valor añadido para todos. Si hemos sido capaces de llegar a la Luna y de conseguir vacunas para el covid en tiempo récord, cómo no vamos serlo de encontrar formulas que eviten que la ganadería extensiva sufra de manera unilateral los daños de la fauna silvestre. Hay tecnología, formación y experiencia suficiente, solo tenemos que dejar de enfadarnos y ponernos a trabajar juntos.

–¿Son las batidas cinegéticas un método eficaz para eliminar a los lobos que causan daños?

–No, en una batida es difícil seleccionar al individuo que quieres eliminar. Además, desestructuras las manadas, lo que, lejos de ayudar, genera lobos errantes que causan más daños. Hay motivos ecológicos que justifican que no se utilice la caza para controlar las poblaciones de una especie a la que deberíamos ver más de tú a tú, porque tanto el ser humano como el lobo somos superpredadores y hay un componente ético y filosófico que nos tiene que llevar entender que tenemos que convivir con él.

–¿Y los controles de población, son eficaces?

–Que no haya batidas no quiere decir que no se necesiten controles puntuales ante manadas o individuos especialmente problemáticos, pero de manera generalizada o habitual está demostrado que no son positivos. Los controles deben realizarse sobre la base de un análisis de lo que pasa en el territorio, sobre una base científica. Y no necesariamente hay que matar, también se pueden reubicar ejemplares en otro territorio. Hay que superar la visión de que el lobo es dañino y que debe matarse para que sociedad rural se tranquilice.

–El Ministerio para la Transición Ecológica y varias comunidades a favor, el Ministerio de Agricultura reticente, el Principado y los ayuntamientos con más presencia de lobos en contra… ¿Está provocando el lobo una división en el PSOE?

–Igual que en asuntos como caza o los toros, hay amantes y detractores en cualquier colectivo, en cualquier partido político. La visión de cada uno depende de la formación académica, el entorno, de si mira con la lupa local, provincial, estatal o mundial… No tiene nada que ver con el escenario político.

–¿Supone la protección del lobo en toda España una imposición de los “urbanitas” al mundo rural?

–Todos venimos del mundo rural. Hay un grito de una parte de la sociedad, que vive en el mundo rural y de la ganadería extensiva, que dice que no puede asumir continuamente perdidas y daños. Lo comprendo. Por dos, tres o cuatro millones de euros al año que suponen los daños la sociedad no puede permitir el vapuleo de una especie como el lobo, cuyo valor existencial está muy por encima de esas cifras. El enfrentamiento urbano-rural es estéril y está pasado de moda. La sociedad en su conjunto tiene que defender a quienes aportan productos básicos para la sociedad y los ciclos ecológicos, necesarios también para los ganaderos. No podemos enfrentar al mundo urbano con el rural por el lobo, somos una única sociedad.

–Los ecologistas tampoco están conformes con la inclusión del lobo en el Lespre y reclaman su catalogación como “especie vulnerable”. ¿Tiene algún aval esa petición?

–La especie ha retrocedido de manera radical en el último siglo, así que es entendible que haya colectivos que reclamen su inclusión en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Esto demuestra lo difícil que es la gestión del lobo y nos tiene que invitar no al enfrentamiento sino a la reflexión y a buscar fórmulas cómodas para todos. Encajar la conservación del lobo y la continuidad a futuro de la ganadería extensiva es fundamental.

–¿Favorece la despoblación proteger al lobo?

–Lejos de lo que algunos afirman, en la mayor parte de la España que se ha vaciado de manera brutal no hay lobos, y donde se vació no fue por su culpa. Al contrario, la sociedad está cada vez más preparada para comprender que donde hay lobos hay oportunidad hacer las cosas de manera distinta, ajustándonos a los objetivos de conservación y las directivas que marca Europa y acoplando la economía a la ecología.

–El ministro Planas propone un pago por “servicios medioambientales” a través de la PAC a los ganaderos que convivan con grandes carnívoros. ¿Le parece una medida adecuada? ¿Ayudará a resolver el conflicto?

–El pago por servicios ambientales o ecosistémicos es un concepto fundamental en la economía moderna. El valor de la biodiversidad no se ha cuantificado, no aparece en las cuentas de los países ni en el PIB, pero está ahí. Sin ecología no hay vida, ni economía que se sostenga. Cuando un ganadero produce respetando la naturaleza tiene un coste adicional que hay que compensar y su producto debe ser diferenciado en el mercado, porque beneficia a todos. Tener una ganadería en zona lobera tiene un valor añadido que hay que reconocer.

–¿Teme que la decisión de proteger al lobo provoque el resurgir del furtivismo y el uso de veneno?

–Las amenazas están ahí y pueden activarse. Pero el Estado y las comunidades autónomas tenemos herramientas mucho más fuertes para vigilar y cortar de raíz esas situaciones que hace tres o cuatro décadas. Espero que no suceda, pero si sucede no o vamos a tolerar, actuaremos de manera contundente.

Castilla y León augura que aumentará la conflictividad si Teresa Ribera no rectifica

El Gobierno de Castilla y León auguró ayer un aumento de la “conflictividad” y la “polarización” entre quienes están a favor de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) y quienes abogan por seguir organizando cacerías para gestionar su población. El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta, José Ángel Arranz (PP), se mostró contrario a prohibir la caza del lobo, al considerar que limitaría la capacidad de la Administración autonómica para gestionar la coexistencia del cánido con un medio rural en el que impera la ganadería extensiva. “Se está limitando la capacidad de gestión que tenemos, curiosamente con el voto favorable de las regiones que no tienen lobo”, criticó Arranz, quien cree que el voto de las comunidades con presencia de este animal debería tener más peso a la hora de decidir si se prohíbe o no su caza. Invitó a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a “reflexionar” y a que tenga más en cuenta la posición defendida por los principales gestores del lobo, contrarios a su protección, a la hora de tomar la decisión final. De no ser así, el Gobierno de Castilla y León recurrirá a los tribunales, con argumentos “de fondo y de forma”, para tumbar la prohibición de la caza, aunque reiteró que las regiones del Noroeste intentarán convencer a la Ministra en la reunión telemática que mantendrá este lunes con los responsables de Medio Ambiente de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria. Destacó que existen informes que señalan que el lobo está en España “en un estado de conservación favorable”.

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