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Formalizar el arrepentimiento, lo que diferencia a Riopedre de Rato

El forense examinó este viernes al exconsejero condenado por el “caso Marea” para determinar si está en peligro de muerte

José Luis Iglesias Riopedre

Rodrigo Rato ya disfruta de libertad condicional, después de cumplir tan solo un cuarto de su condena de cuatro años y medio de cárcel por el caso de la “tarjetas black” de Bankia. El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional acordó la excarcelación del exministro asturiano por tener más de 70 años, sufrir una grave enfermedad coronaria, haber pagado íntegramente la responsabilidad civil y realizado un programa de justicia restaurativa, que incluye reunirse con las víctimas y expresar por escrito su arrepentimiento. Eso y que saliese absuelto de su último juicio, aunque aún le queda otro. A la vista de la salida de Rato, muchos se preguntan ahora por los motivos por los que otro recluso ilustre, el exconsejero de Educación José Luis Iglesias Riopedre, aún continúa en prisión, dadas las similitudes de ambos casos.

Como Rato, Iglesias Riopedre tiene más de 70 años, en concreto 86, lo que le hace uno de los reclusos de más edad de la prisión asturiana, si no el mayor. Ha cumplido, como el exministro, más de la cuarta parte de la condena (entró en la cárcel en octubre de 2019, a lo que hay que sumar los dos meses que estuvo en prisión preventiva en 2011). Sufre de dolencias coronarias que pueden conllevar su “muerte súbita”, según sostienen los médicos. En cuanto a la responsabilidad civil, Riopedre no fue condenado a pagar indemnización alguna, aunque sí una multa de 400.000 euros, a la que está haciendo frente con sus bienes personales. Lo único que le falta para ser como Rodrigo Rato es haber participado en un programa de justicia restaurativa y formalizar su arrepentimiento.

Rodrigo Rato

Su letrada, Anabel Prieto Torices, matiza, no obstante, que “José Luis Iglesias Riopedre está muy arrepentido por lo que hizo y acepta la condena”. ¿Quizá debería mostrar este arrepentimiento de forma pública y palmaria? Porque no debe olvidarse que una de las razones que esgrime el ministerio público para oponerse a su excarcelación es que no se ha arrepentido y pretende “salirse con la suya”.

Por lo pronto, su defensa pone todas sus esperanzas en que sea excarcelado por motivos humanitarios, debido a las graves enfermedades que padece. Este viernes ha vuelto a ser examinado por el médico forense, a petición del ministerio público, para determinar si ha habido un empeoramiento en su estado y está en peligro de muerte. La defensa llevaba esperando este nuevo examen desde el 21 de diciembre.

La Fiscalía rechaza su salida de prisión, pese a que su precario estado de salud por graves afecciones cardiacas y otras patologías ya ha provocado varios traslados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) desde la cárcel asturiana. El ministerio público entiende que el tratamiento que tiene que seguir lo puede hacer en la enfermería de la prisión igual que lo haría en su casa.

Su defensa solo pide que sea tratado igual que la que fuera su mano derecha, la ex directora general María Jesús Otero, quien ha obtenido el tercer grado por enfermedad grave y ha sido excarcelada con una pulsera que vigilará telemáticamente sus movimientos. Su defensa cree que se está produciendo “un agravio comparativo” con su defendido, que podría morir en la cárcel si el fiscal no lo remedia.

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