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Elecciones en el Colegio de Médicos de Asturias

Venancio Martínez Suárez, pediatra: “El Colegio colaborará con los sindicatos si se lesiona la dignidad de los médicos”

“La institución ha sido demasiado presidencialista; hay compañeros que no se identifican con la situación actual, y es natural”

Venancio Martínez Suárez, ayer, antes de su charla en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo. IRMA COLLÍN

Venancio Martínez Suárez (Navia, 1961) es pediatra. Ejerce en el centro de salud de El Llano (Gijón) y ha sido vicepresidente del Colegio de Médicos de Asturias en los últimos cuatro años.

–¿Por qué ha decidido presentarse a las elecciones?

Al dar un paso así las dos únicas preguntas que uno debe hacerse es por qué y para qué. La respuesta para las dos es que el Colegio necesita un aire nuevo, en su gestión y en sus actividades. Que es necesario mejorarlo. Y este es el motivo de que hayamos emprendido este reto.

¿Qué criterios ha seguido en la confección de la candidatura?

–Muy fácil. Que fuesen personas generosas trabajando, comprometidas con nuestra profesión, con criterio, capaces de tomar decisiones y que supiesen trabajar en equipo. Además, con sentido del humor. Ese sería el perfil de nuestro equipo.

–¿Cómo valora los ochos años de mandato del doctor Alejandro Braña?

–Conozco de primera mano su compromiso con el Colegio y con la profesión. Pero, como le dije a él, hubiese sido un error que aspirase a seguir presidiendo el Colegio más tiempo. Sabía que me iba a enfrentar a él, y Luis Antuña, según me dijo, quería que él siguiese un tiempo más. Creo que lo mejor para todos es que haya dejado paso a otra candidatura.

Resuma los puntos más capitales de su programa.

–Nuestro primer punto para el plazo de pocos meses será proponer a la Asamblea una reforma de los estatutos; hay artículos que deben ser revisados a fondo y cambiados. Mejoraremos los servicios y el Colegio tendrá una actividad mayor. Las vocalías de primaria, de hospital y de medicina privada llevarán la iniciativa y serán el motor de ese plan. Es muy importante para nosotros poner en marcha un programa de formación propio en colaboración con las sociedades profesionales. Por supuesto que tenemos un plan concretado en pasos sucesivos, pero no queremos que lo particular, los puntos de concretos de ese programa, oculte lo principal. Toca cambiar el colegio, y ese es nuestro mensaje.

–¿Considera que los médicos asturianos se sienten vinculados al Colegio y están interesados en estas elecciones?

–El Colegio ha sido demasiado presidencialista. Y tal como señala su denominación hace años que debiera haber transitado hacia una organización de dirección colegiada, con gobierno efectivo por parte de una junta directiva. Hay compañeros que no se identifican con la situación actual, y es natural. El otro día un colega muy relevante me decía que lo veía como una burbuja en la periferia de los intereses de los médicos. Es así. Lo más preocupante, creo, es que hoy muchos de mis compañeros se sienten alejados del Colegio o tienen hacia él una actitud crítica.

Hay muchos profesionales que solo ven el Colegio de Médicos como una agencia de servicios. ¿Cómo piensa combatir este estereotipo?

–La idea central de nuestro programa es el acercar el Colegio a los médicos y los médicos al Colegio. Si les presentamos las cosas buenas que tiene el Colegio y las que nosotros queremos aportar, lo entenderán.

–¿Cuál debe ser el papel del Colegio de Médicos en la sociedad asturiana?

–Debiera ser un punto de apoyo fundamental de los profesionales y tendría que participar en la toma de decisiones que nos afecten a todos. Si logramos vencer en las elecciones haremos que se nos tenga en cuenta.

¿Cuál debe ser la relación del Colegio con el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA)?

–Nos entenderemos fácilmente, y si en algo no estamos de acuerdo nos comprenderemos. Pero debe tenerse bien claro que un Colegio no es un sindicato ni una sociedad profesional. Estaremos donde tenemos que estar.

–¿Y con el Gobierno de Asturias?

–Igual de buena, y será fácil. Varias personas de las que ahora dirigen nuestro sistema sanitario son compañeros de facultad y amigos. Eso mejorará la comunicación. De Pablo Fernández, el Consejero, conozco bien su capacidad y sus virtudes. Pero él estará en una cosa y yo en otra. Tiene que ser así.

¿Considera adecuado el estatus jurídico actual de la colegiación obligatoria o considera que requiere modificaciones?

–La colegiación obligatoria no solo se atiene estrictamente a la ley, tal como ha dictaminado el Tribunal Constitucional tras la iniciativa de los servicios jurídicos de nuestro Colegio. También es buena para los médicos. Es un patrimonio de todos. Quizá no se ha vendido suficientemente esta idea.

–¿Cómo ve la respuesta de los médicos a la crisis sanitaria del covid?

–Mayoritariamente extraordinaria y acorde con la demanda social del momento. Pero la irrupción de la consulta telefónica, mal llamada telemedicina, está creando demasiados problemas a las personas preocupadas por su salud, deshumaniza nuestra profesión y añade riesgos a nuestro trabajo. La medicina es una relación humana presencial y de contacto. Se debe volver a eso cuanto antes.

¿Percibe cansancio, desmotivación y hartazgo entre los médicos asturianos?

–No creo que lo de ahora sea diferente de otras épocas. Es indiscutible que el modelo de gestión unidireccional, vertical y descendente, demasiado común, produce tensiones y favorece la frustración. Pero los buenos gestores facilitan mucho las cosas, lo mismo que los malos se pueden llevar muchas vocaciones por delante. Eso fue siempre así y es así. Nadie debiera olvidar que mejorar el sistema sanitario y la vida de las personas es tarea de todos. Entiendo que el ejercicio de la medicina es un estímulo constante, motivador por sí mismo y produce una gran satisfacción. Yo me alegro de ser médico y estoy muy agradecido a mi profesión.

"Dotar los programas de medidas paliativas es mucho más importante y más urgente que la Ley de Eutanasia"

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–¿Está precarizado el trabajo de los médicos asturianos? Si usted preside el Colegio, ¿entrará en cuestiones laborales o considera que se trata más bien de una cuestión de ámbito sindical?

–Hay cuestiones laborales que afectan a los médicos que pueden considerarse como sindicales, pero otras no. Nuestros interlocutores serán los profesionales, y las condiciones de trabajo que afectan a su dignidad serán un tema para nosotros. Y, si fuese necesario, en eso nos coordinaríamos con los sindicatos. Pero repito, no seremos un sindicato. El colegio está obligado a mantener una visión más amplia.–La profesión médica se halla ante situaciones nuevas que demandan una respuesta ética y deontológica.

-¿Cómo piensan abordarla?

-Veremos qué cosas se nos pueden plantear y cómo. La medicina siempre se enfrentó a conflictos éticos y deontológicos. Y estos ya preocuparon desde mucho antes de Hipócrates. Así y todo, nuestra preparación en esta materia me parece deficiente. Hay unas normas éticas y unos códigos deontológicos que a los médicos nos obligan. El propio Colegio se ha dotado de un comité deontológico con personas bien formadas y perfectamente competentes para orientar nuestros posicionamientos y nuestras decisiones. Los colegiados deben confiar en ellos.

–¿Cuál será la postura del Colegio que usted presida ante la entrada en vigor, muy próxima, de la Ley de Eutanasia?

–Lo que se llama eutanasia no es una cosa, son varias. Mezclar la evitación del sufrimiento innecesario, la ayuda a una muerte digna y el suicidio asistido como si todo fuese lo mismo no puede aceptarse. Confundirlo todo lleva a la denominada pendiente resbaladiza de la que ya no se puede salir. En cualquier caso, legislarla siempre será problemático y dividirá a la sociedad. La forma y el momento en que ha sido tramitada la ley a mí me parece que ha sido una gran equivocación. Buena parte de los médicos se sienten ignorados, a pesar de estar en el centro de su desarrollo. Hay dos cosas claves para nosotros. En ella se limita la objeción de conciencia, un derecho fundamental defendido por la Constitución. Esto la llevará seguro a los tribunales. Y hay otra cuestión. Por cada persona que pueda decidir terminar con su vida hay cientos de miles que necesitan más atención y un mejor cuidado al enfrentarse a la muerte. Dotar los programas de medidas paliativas es mucho más importante y más urgente.

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