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La salud de Riopedre se agrava pero puede seguir en prisión, según el informe forense

La última revisión pedida por la Fiscalía concluye que, pese a sus 81 años y sus patologías, se vale por sí solo, y prevé que le quedan cinco años de vida

José Luis Iglesias Riopedre.

El último informe médico forense solicitado por la Fiscalía sobre el estado de salud del exconsejero de Educación José Luis Iglesias Riopedre, condenado a cinco años y dos meses de cárcel por el “caso Marea”, viene a determinar más de lo mismo. Pese a admitir que existe un “ligero” agravamiento de su estado de salud, concluye que puede seguir el tratamiento médico en el centro penitenciario, que su pronóstico vital es grave y que requiere atenciones, pero que se sirve por sí mismo para la vida cotidiana y que no se aprecia que no pueda volver a delinquir.

El informe indica también que el tiempo de supervivencia que se le pronostica es de cinco años de vida. Esto contrasta con el elaborado por el subdirector médico del Centro Penitenciario de Asturias, que lo reduce a entre seis meses y un año.

Más allá de reconocer el ligero agravamiento de las patologías cardiacas, endocrinas y renales de Iglesias Riopedre, las conclusiones son las mismas en las que se ha basado la Fiscalía de Asturias una y otra vez para denegar la salida de prisión del exconsejero.

El informe del médico forense debe ser ahora valorado por la Fiscalía, y todo apunta a que su posición volverá a ser la misma. La propia Fiscal Superior, Esther Fernández, explicó el martes los motivos por los que se oponen al tercer grado para Iglesias Riopedre: “Consideramos que no cumple los requisitos”. Pero sobre todo porque con las condenas “se busca la reinserción social del delincuente, y para ello es necesario que haya un reconocimiento del delito, que acepte que ha cometido un delito, y en este caso no se ha producido. Él sigue sin reconocer que ha cometido un delito y, por lo tanto, no muestra arrepentimiento. Además, no lleva cumplida una parte sustancial de la condena como para que se dé esa progresión. Por eso, la postura de la Fiscalía es que no cabe progresión a tercer grado”. La situación jurídica, al menos en apariencia, sigue siendo la misma.

Instituciones Penitenciarias ya informó favorablemente en tres ocasiones para darle a Iglesias Riopedre el tercer grado, y el Centro Penitenciario de Asturias abrió expediente de libertad condicional, al tener ya cumplida la cuarta parte de los cinco años y dos meses de prisión a los que fue condenado. Pero ni Fiscalía ni la juez accedió a su concesión. Ahora ya tiene derecho a disfrutar de algún permiso, como uno que tuvo de 12 días por agrupamiento de días. Pero su abogada, Anabel Prieto, sigue peleando por su excarcelación alegando “cuestiones humanitarias”: su avanzada edad (81 años) y sus graves patologías que obligan a frecuentes traslados desde la cárcel asturiana a urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

El empeño de la letrada se vuelve mayor una vez que María Jesús Otero, quien fuera mano derecha de Iglesias Riopedre y directora general de Educación, ya ha salido de prisión para acabar cumpliendo en tercer grado su condena de cinco años y cinco meses de prisión. Otero, de 76 años y que había elegido la cárcel de Zaballa (Álava), fue excarcelada teniendo en cuenta que había cumplido la cuarta parte de la condena, que tiene una enfermedad cardiaca grave, y que tiene a su cargo a un familiar que padece también una enfermedad grave. En su caso, Instituciones Penitenciarias dio su visto bueno y el Fiscal no se opuso, como sí ha hecho la Fiscalía del Principado en el de Riopedre, al que de momento no le sirven los apoyos y la indignación social que han provocado la excarcelación de María Jesús Otero y de condenados tan reconocidos como Rodrigo Rato, este pese a que aún tiene asuntos pendientes en los Juzgados. Ambos se ven como claros agravios comparativos.

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