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Villaverde vive una “montaña rusa”

“Me siento bipolar, tan pronto preparo la estructura de gobierno como doy una clase”, cuenta el Rector una semana después de su triunfo

Ignacio Villaverde, ayer, en su despacho, impartiendo a distancia una clase práctica de Derecho Constitucional. | Ricardo Solís

El pasado viernes día 12, poco antes de las siete y media de la tarde, Ignacio Villaverde Menéndez se convertía, en medio de una gran exaltación, en nuevo rector de la Universidad de Oviedo. Su primer pensamiento fue: “Vaya lío en el que me he metido”.

Una semana después de su victoria en las primeras elecciones telemáticas en la historia de la institución, el catedrático de Derecho Constitucional confiesa que le “tiemblan las canillas todos los días”. Pero ese lógico tembleque por la responsabilidad que ahora asumirá lo compensa con “alegría”. “Tengo una sensación de cierre de círculo, de misión cumplida; tengo la alegría de mi mujer y mis hijas, la alegría de mis compañeros; y también tengo una sensación muy agradable, de que la dureza de la campaña electoral se acabó el día 12. El talante de Santiago García Granda y todo su equipo es inmejorable. La transición está siendo modélica”, asegura.

Villaverde ha vivido su primera semana como rector –a falta de que tome posesión del cargo el viernes que viene–, como una “montaña rusa”. En estos siete días ha cerrado su equipo rectoral, ha iniciado las reuniones de transición, ha contestado “cientos” de felicitaciones y ha continuado con su labor como profesor. “Ya he tramitado la sustitución de docencia por cargo, pero yo creo que hasta el 5 de marzo seguiré dando clases”, apunta. Con tanto trajín el gijonés se siente un poco “bipolar”. “Tan pronto paso de la resolución de estructura del rectorado a explicar a los alumnos qué diferencia hay entre el bloque de la constitución y el de la constitucionalidad”, dice en su despacho del campus del Cristo –en cuya puerta todavía cuelga un cartel con su imagen de campaña– y con un tarro de puré en la mano. “Me habéis pillado con el potito”, bromea.

Son las cuatro de la tarde y, mientras pone un vídeo a sus alumnos, aprovecha para comer. Es una práctica sobre el sistema de fuentes de la asignatura de Derecho Constitucional II del doble grado de Derecho y ADE. “En clase teórica son casi 60 estudiantes, que en la parte práctica se dividen en dos grupos. Estos acaban ahora y con los otros empiezo a las cuatro y media. Ellos me escuchan una vez, pero yo me repito dos veces”, cuenta entre risas.

El vídeo, uno sobre cómo expresarse, modular la voz y, en definitiva, convencer al tribunal en un caso, llega a su fin. Villaverde deja la cuchara dentro del tarro y se sienta rápidamente delante de la pantalla del portátil. Sobre la mesa también tiene encendidas una tableta y un ordenador de mesa.

–Bueno, chicos, espero que el vídeo os haya gustado. Os veo en la clase teórica del miércoles. ¡Perdón! Del martes. ¿Alguna pregunta?– dice a sus alumnos, que están conectados desde sus casas.

Una estudiante, Laura, pide hablar con el Villaverde profesor a solas. “Sí, claro, vamos a esperar que el resto se desconecte”, le contesta. Y Laura habla: “Como sabes, llevo la revista de Economía y aprovechando que ahora eres rector te queríamos dedicar una página”. El catedrático de Derecho Constitucional acepta con una sonrisa el ofrecimiento: “Hacemos una entrevista cuando quieras”. Algunos alumnos le han felicitado por correo electrónico, pero ninguno se ha atrevido a hacerlo en plena clase. “El ambiente de la clase es más serio”, apunta el gijonés. “Cuando me presenté a las elecciones, se lo comuniqué a todos ellos. Y pasó una cosa muy graciosa: me llegó un mensaje de estudiantes en el que pedían votar a Santiago (García Granda) para que yo les siguiese dando clases hasta final del curso”, relata soltando una carcajada al final.

Villaverde no se acaba ese tarro de puré, que después de tantos minutos hablando ya quedó frío. Su victoria como rector no ha cambiado ni un ápice su espontaneidad, cercanía y simpatía. Y bromea a cerca de los minutos de nerviosismo que su equipo y él pasaron el día de las elecciones, tras gritar de alegría por su triunfo en votos. “Pensé en Zaragoza, donde una aspirante ganó en votos pero perdió en el ponderado. ‘A ver si nos va a pasar lo mismo’, me repetía una y otra vez”, confiesa. Pero rápidamente la página web de la Universidad transformó la ventaja en votos sobre García Granda (228 votos) en su victoria definitiva con un 52,4%. “Podíamos haber tenido un susto”, admite. Por suerte para él, no lo hubo y el estallido de alegría en el edificio histórico fue doble.

Entre los montones de felicitaciones que ha recibido, el constitucionalista se queda con las de sus compañeros en su “época en el Tribunal Constitucional”. “Me hizo mucha ilusión que exmagistrados y compañeros de entonces se acordasen de mí. No me lo esperaba”, señala.

Después de una semana “caótica y muy acelerada”, en la que Villaverde es rector pero no puede ejercer “todavía como tal” ni cambiar la silla de su despacho por la del rectorado en el edificio histórico, lo más importante es que no puede borrar la sonrisa de su boca. Lo dice él y se intuye a través de la mascarilla. “Tengo muchas ganas de ponerme a trabajar en firme por mi Universidad”, remata el constitucionalista mientras se prepara para impartir otra clase práctica.

El jurista Ángel Espiniella se une al equipo rectoral como secretario: “Siento ilusión”

Ángel Espiniella. | LNE

Ángel Espiniella. | LNE

Ángel Espiniella Menéndez, profesor titular de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Oviedo, se une al equipo rectoral de Ignacio Villaverde como secretario general. Con su nombramiento, ya solo queda por conocer la identidad de la gerente, que será una mujer externa a la institución académica y que dependerá del visto bueno del Consejo Social. Villaverde desveló este miércoles las personas que ocuparán sus nueve vicerrectorados y sus dos delegaciones. “Afronto este reto con ilusión y con una enorme responsabilidad. Hasta ahora era vicedecano en la Facultad de Derecho y antes había sido codirector de un Máster de Grupos Vulnerables y secretario del departamento de Derecho Privado y de la Empresa. Es el momento de dar un paso al frente”, afirmó ayer Espiniella. El nuevo rector pensó en él porque, según detalló, “es una persona muy querida y respetada en la Facultad, es un gran jurista y tiene una gran capacidad de trabajo”. Para Espiniella entrar en el rectorado de Villaverde supone “integrarse en un proyecto de gestión, pero también de cierta transformación de la Universidad”. Un proyecto, añadió, “liderado por un rector que atesora gran experiencia y máxima ilusión y, por qué no decirlo, que es el primer rector de Derecho desde hace casi cuarenta años”. Sobre su función al frente de la secretaría general, Espiniella empieza expresando su “reconocimiento” al “enorme trabajo hecho” por el equipo saliente. La secretaría, defiende, “debe dar soporte jurídico a la transformación digital de la Universidad”. “La votación electrónica en las elecciones a rector tiene un gran mérito y debemos consolidar este tipo de procesos. Por último, creo que podemos potenciar nuestras funciones principales como letrados de la Universidad y como sus fedatarios públicos”, manifestó.

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