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Febrero negro en Asturias, que ya suma 155 fallecidos con coronavirus, el doble que en enero

Un enfermo de coronavirus en la UCI.

El dato de hoy volvía a llamar la atención. 11 fallecidos en un sólo día con coronavirus. En lo que va de mes el Principado ya ha sumado 155 personas fallecidas después de haberse contagiado. El dato ya duplica el de los 20 primeros días de enero, lo que refleja la crueldad de esta segunda ola a pesar de que los expertos reconocen que la mortalidad están siendo menor al haberse inmunizado ya las personas de más riesgo: las que viven en residencias de ancianos. Entre la estadística se cuelan además las historias: esta misma semana perdía la vida una mujer de 40 años después de haberse contagiado de coronavirus. A principios de mes la sanidad sufría un duro golpe con la muerte de un joven auxiliar de Gijón que había pasado el coronavirus en noviembre.

La buena noticia, eso sí, es que la tercera ola del coronavirus remite en Asturias. Lo dicen los datos oficiales distribuidos por el Servicio de Salud del Principado de Asturias. La comunidad autónoma sumó esta semana (de lunes a viernes) un total de 817 casos de nuevos contagios de coronavirus, se trata de casi medio millar menos que durante los cinco primeros días de la semana anterior. Del 8 al 12 de febrero en Asturias se descubrieron gracias a las diferentes pruebas diagnósticas 1.244 casos mientras que entre el 1 y el 5 de este mismo mes se diagnosticaron 2.154 casos.

Entonces ¿por qué sube el número de fallecidos? Los epidemiólogos advierten constantemente de que las tendencias son siempre las mismas: unos días después del ascenso del número de casos llega el de ingresos en hospitales y, poco después, el de fallecidos.

Las UCI, mejor

Los hospitales asturianos han logrado, por fin, doblegar la curva de ocupación de enfermos de coronavirus. El nivel máximo en las plantas se había alcanzado ya hace tiempo, el pasado día 7, y desde entonces la cifra de ingresados no ha parado de disminuir. Como era previsible, más se ha tardado en controlar la situación de las unidades de cuidados intensivos (UCI), en las que los ingresos van por detrás en el tiempo. El pico de ocupación se registró el lunes pasado y, desde entonces, las cifras evolucionan a la baja. Ayer encadenaron el cuarto día seguido de descensos (con datos correspondientes al viernes).

En este momento, nadie duda que lo peor de la tercera ola pandémica ha pasado también para los centros sanitarios. Ayer mismo, había camas de críticos libres, y una sensación de alivio, en los cuatro hospitales públicos que disponen de UCI. “La bajada es muy lenta, pero continuada”, explicaron ayer a este periódico fuentes sanitarias en referencia a las unidades de críticos.

En esta tercera onda de covid-19, el nivel máximo de ingresados por el patógeno de origen chino no ha llegado al registrado en la segunda. En las plantas, el 16 de noviembre del año pasado se alcanzaron 894 enfermos; ahora, el tope han sido 606. En la mañana de ayer eran muchos menos (367), después de que el viernes se contabilizaran 46 ingresos y 86 altas.

En las UCI, el 18 de noviembre se llegó a 150 internados, mientras que en esta ola el tope han sido los 132 del lunes pasado. Anteayer, habían bajado a 123. El ritmo máximo de ingresos en las unidades de críticos fue de 70 en los siete días que median entre el 31 de enero y el 6 de febrero. En los últimos siete días han sido 39, una cifra sensiblemente inferior a la antes citada y también menor que la de altas. Ayer estaban ocupadas el 55,8 por ciento de las 283 camas de unidades de críticos con respirador: un 43,4 por ciento por pacientes covid y un 12,3 por ciento por enfermos con otras patologías.

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