Esta información ha sido elaborada por A. ILLESCAS (Siero), A. VELASCO (Mieres), M. Á. GUTIÉRREZ (Langreo), L. PALACIOS (Gijón) y M. G. SALAS (Oviedo)

La borrasca atlántica “Karim” fue ayer más veloz que un coche circulando dentro de los límites por la autopista “Y”: 128 kilómetros por hora. Esa fue la racha máxima de viento que se registró en Cabrales, la tercera mayor de España, tras los 136 km/h de Orense y los 129 km/h de Santa Cruz de Tenerife. Dentro de Asturias, Pajares llegó también a los 127 km/h, Villayón a los 107 y Taramundi a los 104. El fuerte vendaval, que vino acompañado de temperaturas veraniegas, provocó numerosos daños en la región. El más destacado: la cubierta del polideportivo de El Berrón (Siero), que saltó por los aires a primera hora de la mañana, asustando a los vecinos pero sin causar daños personales.

“Karim” trajo mucho calor. Los termómetros alcanzaron una máxima de 23,1 grados en la estación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) del campus de Viesques, en Gijón. Se trata de la mayor temperatura registrada en un mes de febrero desde los 23 grados del 27 de febrero de 1981; es decir, desde hace 40 años.

Pero el calorón de ayer –al sol y cuando no soplaba demasiado el aire– fue casi un espejismo. Hoy volverán la lluvia y el frío. De hecho, Asturias estará, desde la seis de la mañana, en alerta amarilla por nieve y precipitaciones. Se esperan acumulaciones de nieve de 15 centímetros a partir de los 900 metros en la cordillera Cantábrica y en la zona interior central del Principado. La cota de nieve se situará inicialmente en torno a los 1.300 metros, aunque acabará bajando a lo largo de la jornada hasta los 800. Según el pronóstico de la Aemet, se producirá un descenso drástico de las temperaturas. Por ejemplo, Gijón pasará de los 23 grados de máxima de ayer a los 13 de hoy. Un descenso, por tanto, de 10 grados. El calor apretó ayer también en Colunga, donde se registraron 22 grados; en el aeropuerto, con 21,9; en Llanes, con 21,4, y en Piloña, con 21,1. Hoy ninguna localidad pasará de los 15. El tiempo frío continuará mañana, aunque se caen todas las alertas. Será un día más del invierno.

A continuación, se describen los principales daños que el vendaval “Karim” dejó ayer por toda la geografía asturiana.

Siero: el techo del polideportivo de El Berrón.

La cubierta de las instalaciones, una edificación que data del año 2006, se vino abajo a primera hora de la mañana a causa de los fuertes vientos. Un tremendo susto para los vecinos y los trabajadores que llegaban a esas horas a los establecimientos de la zona, al observar la gran cubierta metálica completamente desprendida. Por suerte, no hubo que lamentar daños personales y los materiales se limitaron a la propia techumbre, ya que, según apuntó el alcalde, el socialista Ángel García, no alcanzó a ninguno de los vehículos aparcados en la zona: “Tuvimos suerte de que a esa hora todavía no pasaba nadie por el lugar”, subrayaba ayer.

Según explicaron los portavoces del 112, los hechos ocurrieron poco antes de las nueve de la mañana, y Emergencias recibió el aviso unos minutos después. A la zona llegó primero la Policía Local, que aseguró el perímetro. Posteriormente, la labor de los bomberos se centró en fijar la cubierta de manera que los vientos no volvieran a llevársela y causar más daños.

Intervención de los bomberos de Gijón en El Molinón | I. P.

Gijón: intervención en El Molinón, y el parque de Isabel la Católica, cerrado.

El vendaval se saldó en el concejo con un total de 22 salidas de los servicios de emergencias a lo largo del día, la mayoría por árboles atravesados o ramas semicaídas que había que cortar. Las principales intervenciones tuvieron que ver con la caída de cascotes desde el noveno piso de un edificio de la calle Pablo Iglesias, labores para asegurar las chapas sueltas de la cubierta de las piscinas de El Llano y el cierre del parque infantil anexo, el desprendimiento de placas de fachada en Gijón Sur y la retirada de una chapa suelta del revestimiento del estadio de El Molinón, que se cayó al suelo sin ocasionar heridos.

Los agentes de la Policía Local de Gijón ya habían procedido por la mañana al cierre de los principales accesos al parque de Isabel la Católica, de manera preventiva, ante los fuertes vientos de “Karim”, que también ocasionaron el desplazamiento de contenedores de basura a la carretera y mobiliario de hostelería desperdigado por las aceras.

La calle Celestino Fernández Cabeza, en La Felguera, cerrada por la caída de cristales | M. Á. G.

Las Cuencas: la cruz del Convento de Mieres y tejas y chapas metálicas en Aller y Langreo.

Los vecinos de la comarca se levantaron ayer sorprendidas por el fuerte temporal de viento, que generó varias incidencias a lo largo de los valles del Nalón y del Caudal. Bomberos y policías locales se afanaron toda la mañana tratando de proteger las zonas con más riesgo.

El suceso más llamativo fue la caída de la cruz de la iglesia del Convento, en Mieres, que por la tarde visitó el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. La gran cruz de hierro se vino abajo desde el campanario poco antes de las once de la mañana. Y que no hubiera víctimas fue un milagro. Los feligreses acababan de terminar la misa y en vez de salir, como habitualmente, se quedaron un rato charlando en el interior del templo. La Policía Local de Mieres casi no daba abasto para atender las numerosas llamadas sobre incidencias provocadas por el viento. Árboles caídos, cascotes, alguna valla... Fue la tónica tanto en el casco urbano como en los pueblos.

En Aller, varias chapas y tejas se cayeron del tejado de uno de los bloques de viviendas públicas de Sotiello. Los bomberos tuvieron que actuar para asegurar la zona, mientras los vecinos asistían atónitos al vuelo de chapas metálicas y tejas, que cerca estuvieron de provocar una desgracia.

En el concejo de Langreo el viento también hizo estragos. Desde por la mañana, la Policía recibió más de medio centenar de avisos. Las chapas metálicas de la fachada del polideportivo Juan Carlos Beiro fueron arrancadas de cuajo. No era la primera vez que sucedía. Policía y bomberos también tuvieron que actuar en la calle Celestino Cabeza para retirar unos cristales que generaban cierto peligro. Otra estructura que se vino abajo fue un alero desprendido de la sede comarcal de CC OO. A esto hay que sumar las vallas, terrazas o contenedores volcados o desplazados por la potencia del viento.

La fachada del Palacio de la Torre de Celles, con daños en la cornisa. | F. T.

El temporal causa daños en la fachada del Palacio de Celles, joya del Barroco

El Palacio de la Torre de Celles, una de las joyas de la arquitectura barroca civil en Asturias, ha sufrido daños en su valiosa fachada principal durante este temporal. En concreto, el inmueble, que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), ha registrado desprendimientos de tejas y elementos pétreos de la parte derecha de la fachada, donde el tejado ya está casi completamente hundido. Lo más grave, no obstante, es la situación de la cornisa en esa parte del edificio, cuyo estado se ha deteriorado de manera evidente a causa del temporal y que corre riesgo de desprenderse, lo que podría ocasionar daños irreparables en la fachada, la parte más valiosa del inmueble. El palacio sufre un auténtico vía crucis desde hace varios años. Su progresivo deterioro, agravado en la última década debido al hundimiento de gran parte de su cubierta, no se ha visto compensado con intervenciones de conservación. El hecho de que se trate de un bien privado y la negativa de su propietaria a sufragar una intervención en el inmueble, unido a la inacción del Servicio de Patrimonio del Principado –cuya actitud fue criticada por la Fiscalía Superior del Principado, que tachó al servicio de “inoperante”–, han propiciado una progresiva ruina de un edificio que los expertos consideran único. Tras varios años de litigios cruzados, el Principado amenazó con ejecutar una rehabilitación subsidiaria, pero el reciente fallo de la torre de Soto, que exime a los propietarios de asumir el coste de una intervención forzada, parece abortar esta opción.