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Más enfado entre los guías de montaña: sectores similares sí pueden trabajar

El colectivo profesional denuncia que el Principado lo mantiene parado mientras permite cursos de alpinismo y actividades de esquí

Joaquín Álvarez, en la cumbre de Peña Rueda, en Quirós. | R. E. S. R.

“Profundamente sorprendidos”. Así se siente una buena parte de los miembros de la Asociación Española de Guías de Montaña (AEGM) porque las medidas del Gobierno del Principado de Asturias están generando “la picaresca” entre distintos profesionales del ámbito de Turismo. Se da la paradoja de que organismos públicos y privados que imparten las mismas actividades que ellos sí pueden ponerlas en práctica, pese a que “las actividades guiadas y los guías profesionales seguimos sufriendo la paralización del sector”, denuncia Joaquín Álvarez, miembro de la junta directiva de AEGM. Y van casi cuatro meses de parón, “sin poder trabajar desde que se paralizó el sector del turismo activo”.

Sin embargo, abunda Álvarez, “en enero se abrió la estación de Valgrande-Pajares y junto a ella la escuela de esquí, que fue autorizada para atender al público y vender clases”. Una práctica que a ellos les prohíben “a pesar de seguir en casa pagando 280 euros de cuota de autónomo y cobrando 427 euros de prestación”. Por ese motivo trasladaron su malestar a la Viceconsejería de Turismo regional, aunque la respuesta no fue la esperada: “Nos dicen que la estación de esquí depende de la Consejería de Deportes y no es turismo activo, lo que nos hace pensar que a las actividades que dependen de Deportes no les afecta el coronavirus del mismo modo que a las actividades que dependen de Turismo”, ironiza el directivo asturiano de la asociación profesional.

Pero hay más. “La última y más sorprendente ha sido la autorización que ha recibido otra asociación de guías de montaña para cambiar de epígrafe –dejan de facturar en el 882, guías de turismo, para facturar en el 826, como personal docente de enseñanzas diversas– y poder así vender actividades en forma de cursos. La gente quiere trabajar y es normal, son ya muchos meses parados y han encontrado esta vía, pero al facturar con este epígrafe nadie garantiza por escrito que sea compatible con las ayudas al turismo. Además, estas actividades deben hacerse en instalaciones deportivas y a los guías de alta montaña no nos soluciona nada”, afirma Álvarez. Pero “si eres guía en el Principado, cumples la ley de Turismo y pagas el recibo de autónomo, estás bajo un cierre del sector por decreto, amparado por una prestación y a la espera de las ayudas”, resume Álvarez.

Hasta la fecha, los guías de montaña profesionales del Principado de Asturias deben registrarse como empresa de turismo activo en la administración correspondiente. Los profesionales tienen su registro en Turismo o están en vías de conseguirlo. “Es un trámite lento en el que un expediente puede demorarse hasta un año, pero haber iniciado el proceso denota profesionalidad e intenciones”, aclara Álvarez. Y se explica: “Para ello se debe presentar al Servicio de Gestión y Calidad Turística una declaración responsable, un protocolo de accidentes, una memoria de actividades, la titulación, además de los recibos de los seguros y las pólizas, que en Asturias son más exigentes y por ello más caras que en el resto de España”.

De esta manera, como cualquier profesional, “los guías de montaña están sometidos a un epígrafe sectorial”, por lo que los miembros de AEGM se preguntan: “¿Cómo vamos a salir entonces de ese epígrafe sin dejar de ser guías? No se puede, para ser guía de montaña en Asturias las reglas están muy claras, o al menos eso creíamos hasta ahora. Los técnicos de turismo dicen que los epígrafes no son compatibles, los políticos dicen que sí; la suerte está echada”, lamenta Joaquín Álvarez.

El Gobierno autonómico “ataca directamente al esfuerzo ímprobo de un gran número de personas que han seguido el camino recto y son hoy grandes profesionales”, lamentan desde la asociación. “Hemos padecido el cierre del sector durante toda la Navidad, viendo pasar ante nuestros ojos unas excepcionales condiciones para desarrollar nuestro trabajo”.

Y todo ello con la indignación “in crescendo”. En Castilla y León y Cantabria al sector sí se le permite seguir funcionando. No así en Asturias, donde, por el contrario, ven cómo decenas de personas se apuntan a la Federación de Montaña para, con licencia federativa, poder salir de concejos con cierre perimetral y disfrutar de la montaña. En cambio, ellos, para quienes la montaña es más que un disfrute, su sustento, no pueden desarrollar su actividad.

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