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“Hay agotamiento y desánimo”, advierten los profesores sobre la semipresencialidad

Los docentes, que se sienten “abandonados”, se suman a las protestas de las familias: “La atención a los alumnos no es la misma”

Padres y docentes del IES Pérez de Ayala de Oviedo, ayer, manifestándose contra la semipresencialidad. | LNE

La semipresencialidad, la solución que dio Educación ante la falta de espacios en institutos para hacer frente al covid, es una “trampa”, una “estafa”, un “dejar tirados a los alumnos”, una “desmotivación”... Así lo aseguran los profesores, que se suman a los gritos de protesta de las familias. Su unión se visibilizó ayer en el IES Pérez de Ayala de Oviedo con una manifestación conjunta. Los docentes aseguran que lo que sirvió “más o menos” en el primer trimestre empieza a hacer agua. “Los estudiantes están desanimados y agotados. Todo cuesta el doble”, dicen.

Luis Alberdi fue uno de los profesores que se concentraron. “Queremos una presencialidad total y, para ello, se necesitan espacios y suficientes docentes”, reclama. Para Alberdi, la alternancia en algunos centros asturianos, como el suyo, de un día de estudio en clase y otro en casa en tercero y cuarto de la ESO y en primero de Bachillerato es “una trampa”, pues supone “más trabajo” para ellos y “descenso de la calidad educativa”. “Estamos abandonados por la Consejería desde principios de curso. Ni las medidas de seguridad adecuadas, ni los recursos necesarios, ni la formación requerida. Ni para los docentes ni para las familias. Ni en tiempo ni en forma. Así es muy difícil que la calidad educativa no se resienta”, señala.

Demetrio Pérez da clases en el mismo instituto. “La atención no es para nada igual, pongan cámaras o no. Y al final las cámaras son solo una herramienta, no la panacea”. Este profesor de Lengua Castellana cree que el Principado está “dejando tirados” a los jóvenes, que “no tienen la madurez suficiente para trabajar solos desde casa”. “A estas edades que necesitas engancharlos, con el modelo semipresencial es imposible. Es un saco en el que el estudiantado se descuelga de los estudios”, opina. Sobre todo los que viven en entornos socioeconómicos más desfavorables. “Hay alumnos con brecha digital a los que les llegó todavía en enero un ordenador”, critica. Al profesorado, con la semipresencialidad le llegó la “duplopresencialidad”, ya que la carga de trabajo es el “doble”, apunta Pérez, que denuncia también la “desatención sanitaria” que sufre el colectivo, sin mascarillas FFP2.

Rosana Sánchez, profesora de Lengua Castellana en el IES Astures de Lugones, en Siero, confiesa que a estas alturas del curso el alumnado en régimen semipresencial está “desanimado y agotado”. “Es tremendo el esfuerzo que están haciendo, pero el desánimo se empieza a notar y ahora todo cuesta el doble”, comenta. Sánchez deja claro que entiende y comparte que lo primero es la salud, pero no le cabe en la cabeza que, habiendo alternativas a la falta de espacios –al menos en su instituto–, los jóvenes “sigan en casa”. Se refiere al espacio municipal que ha ofrecido el Ayuntamiento de Siero a la Consejería de Educación. “Hemos logrado que tercero de ESO vuelva a la presencialidad hace quince días, pero nos quedan cuarto y primero de Bachillerato”, lamenta. Y precisamente este último curso es clave, pues cuenta en la media para acceder a la Universidad.

Marta Fernández, del IES La Ería, es de la misma opinión. “Los jóvenes con clases semipresenciales están más perdidos y a veces las mañanas que están en casa se las toman como descanso. Pero es normal, son adolescentes”, menciona. Sobre el aprendizaje de los estudiantes, esta profesora de Geografía e Historia asegura que hay de todo: “Hay críos que son de diez y aprenden muchísimo. Y otros, de entornos más desfavorecidos, que se están viendo muy perjudicados y pueden acabar descolgándose”. Fernández pide invertir en “más profesorado”, ya que las jornadas actuales, fruto de la semipresencialidad, son maratonianas. “La carga de trabajo es muy grande”, se queja.

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