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Paradoja educativa: no hay cierre de concejos para ir al colegio y sí para acudir a una academia de inglés

Los dueños de centros de idiomas se sienten “discriminados” con respecto a las Escuelas Oficiales y se quejan de la ausencia de ayudas

Niños en una clase de una academia de idiomas

Los responsables de academias de idiomas de Asturias se sienten “discriminados” y “ninguneados” por el Principado. Tanto a nivel de restricciones como de ayudas económicas. La etiqueta de “educación no reglada” que cuelga de sus negocios, dicen, les “deja fuera de todo”. Hasta del permiso para entrar o salir de un municipio cerrado perimetralmente por el covid. “Tenemos alumnos que han sido multados por venir a clase. No entendemos que puedan saltarse la prohibición para ir al colegio o al instituto y no para ir a una academia de idiomas”, protestan. Eso, unido al descenso de matrículas y a las “fuertes inversiones” hechas para combatir el virus en las aulas, está “ahogando” económicamente al sector.

Rosa Espina, propietaria de tres academias y presidenta de la Asociación de Centros de Estudio de Idiomas de Asturias (ACEIAS), considera un “agravio comparativo” que un estudiante pueda superar un cierre perimetral para desplazarse, por ejemplo, hasta un Conservatorio de Música o, en su caso, la Escuela Oficial de Idiomas, y, en cambio, se enfrente a una multa si va a una academia de música o de idiomas. Es la dichosa etiqueta de “educación no reglada” la que vuelve a castigarles injustamente, según apunta Beatriz Braña, responsable de un centro en Corvera y también secretaria del colectivo, la que vuelve a castigarles injustamente. Cuando, agrega, “somos muy importantes: para que los chavales saquen un título de inglés o para los méritos de los opositores, por ejemplo”.

Sin embargo, el Principado sigue haciendo oídos sordos a sus peticiones. A las de los cierres perimetrales a las de las ayudas. Ignacio de Miguel, con academia propia en Oviedo, asegura que el colectivo se siente “ninguneado”. “No estamos contemplados en ninguno de los planes de ayudas cuando sí nos hemos visto perjudicados por la pandemia. Hemos mandado un nuevo correo y hemos metido una notificación por registro para que por lo menos alguien nos explique el motivo”, detalla De Miguel, que es vicepresidente de la asociación regional.

Su presidenta, Rosa Espina, subraya que este curso han tenido que gastarse “una pasta” por el coronavirus. “Hemos tenido que invertir en mobiliario, sustituyendo mesas de reuniones por sillas de pala; bajar los aforos; comprar material de limpieza para desinfectar constantemente; adquirir purificadores para ventilar las aulas...”, enumera. En definitiva, remata Beatriz Braña, las academias han sufrido un “mazazo económico”, que se ve acentuado también por el descenso de alumnos. “Si una familia está en ERTE, prescinden de nosotros. Todo está relacionado. Y este curso está siendo peliagudo”, concluye Braña.

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