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Las instrucciones que prepara Educación para los profesores: volver a facilitar el aprobado del curso por la pandemia

La Consejería del Principado redacta una resolución para que los docentes tomen “las decisiones más favorables al alumnado” y eviten en lo posible las repeticiones de curso

Alumnos enfrentándose a una prueba en un instituto avilesino el verano pasado.

La Consejería de Educación está ultimando una resolución mediante la que pedirá a los centros educativos, de nuevo y como ya hiciera en el último trimestre del anterior curso, que levanten la mano a la hora de poner las calificaciones en la recta final, para así favorecer la promoción del alumnado. El borrador de la resolución, que ya ha pasado por el Consejo Escolar del Principado, se aprobará definitivamente, según las previsiones, a lo largo de este mes, coincidiendo con el fin del segundo trimestre y el principio del tercero. Educación vuelve, un año después del inicio de la pandemia, a marcar una hoja de ruta al profesorado justificando la permisividad a la hora de dar aprobados por la situación de crisis ocasionada por el covid-19.

La resolución, pendiente de aprobación, establece que “el alumnado pasará de curso u obtendrá la titulación en la ESO con dos materias suspensas y, de manera extraordinaria, con tres”. La repetición será “una medida de carácter excepcional y deberá estar fundamentada debidamente”. La decisión sobre la titulación se adoptará “en función del grado de cumplimiento de los objetivos de la etapa y el desarrollo de competencias”. Para obtener el título de Bachillerato será necesaria una calificación media igual o superior a un 5. Pero la propuesta de Educación incide en que “los equipos docentes deberán adoptar las decisiones que resulten más favorables al alumnado, sin que el contexto en que se está desarrollando el curso, la organización lectiva o una posible suspensión de la actividad por motivos sanitarios puedan influir de manera negativa”. En el ámbito de la Formación Profesional (FP), se permitirá al alumnado “matricularse en módulos de segundo curso si la carga horaria de los superados en primero es superior al 50 por ciento y si el horario es compatible con el primer curso”.

La Consejería de Educación también aboga por medidas de flexibilización de la Formación en Centros de Trabajo. En este sentido, cuando no sea posible la estancia en empresas, “se sustituirá por una propuesta de actividades asociadas al entorno laboral, que se podrán realizar de forma no presencial si las condiciones sanitarias lo exigen”.

Los principios generales por los que se rige la resolución de Educación suponen que “prevalezca el interés del alumnado, así como la progresión académica”. Considera una “medida excepcional” que los alumnos no promocionen de una etapa educativa a otra, y, en caso de que no alcancen los mínimos exigidos, la decisión de los docentes tiene que estar debidamente justificada, insisten. Y se tendrá en cuenta si la organización de la actividad lectiva semipresencial o la suspensión de las actividades presenciales por motivo de aislamiento puedan influir en el rendimiento académico del alumnado.

La excepcional mejora en las cifras de los resultados académicos del curso pasado, marcado por la pandemia, se deben, en buena parte, a las directrices indicadas por la Consejería de Educación en cuanto a pedir que se priorice el aprobado, ante la duda, y promocionen el máximo de alumnos matriculados. Este curso podría volver a ocurrir lo mismo, ante lo que no pocos consideran un “aprobado general” del estudiantado asturiano, un hecho criticado por los sindicatos educativos y que vuelven ahora a poner sobre la mesa tras la publicación del informe sobre los resultados académicos del curso pasado.

El “aprobado general”

Gumersindo Rodríguez, presidente de ANPE, critica que “los datos que ofrece la Consejería son poco realistas porque están hinchados por razón de la aplicación de la doctrina de que nadie se quedara atrás, lo que se tradujo en un aprobado general. Lo que hace el ‘que nadie se quede atrás’ es perjudicar a los más desfavorecidos, porque sin rigor, sin esfuerzo y sin mérito no van a salir de una situación económica mala. Como consecuencia de no evaluar materia, flaco favor se ha hecho a los destinatarios, a la profesión docente y a la validez de los cursos académicos. Esto es demagogia política y populista”.

Borja Llorente, de CC OO, argumenta que, “a pesar de que la Consejería asuma un discurso triunfalista, no es así, porque quedan muchos alumnos por el camino. Desde Comisiones Obreras denunciamos que los fracasos suelen estar vinculados al nivel social. No hubo medidas proactivas para corregir esa situación. La Consejería siempre presiona al profesorado para tender al aprobado general por la pandemia, cuando se debería pensar en la situación más favorable para el alumnado”.

Otros sindicatos son más optimistas en cuanto al nivel educativo de los estudiantes asturianos. Cristóbal Puente, secretario del sector de enseñanza de UGT, cree que “siempre es motivo de alegría que el alumnado asturiano esté a la cabeza del país por sus resultados, porque supone un reconocimiento del esfuerzo de nuestros jóvenes y del trabajo bien hecho por parte del profesorado asturiano. La satisfacción para nosotros es aún mayor si estos resultados se consiguen en un escenario tan adverso como el que estamos viviendo y con una administración educativa que, en muchas ocasiones, ha estado ausente”. Por ello, desde UGT esperan “que se reconozca públicamente el trabajo de los docentes, un colectivo que pone cada día su salud en riesgo, que ha demostrado ser un sector esencial, que se ha superado diariamente y que, además, según este último informe, realiza su trabajo de manera excelente”.

Tino Brugos, de SUATEA, considera que “hay que ser autocríticos y valorar que fue un curso excepcional y que los resultados se dieron en una situación extraordinaria que veremos a ver lo que dura. Si los resultados no son no buenos, sino estupendos, la Consejería tendría que empezar a valorar el trabajo del profesorado desde que se entró en la pandemia”.

Carlos Díaz, de CSIF, explica que “la mejora en los resultados no puede venir solo como consecuencia de la flexibilización de criterios de promoción de curso, debe pasar por una mayor inversión en educación que permita aumentar plantilla para reducir la ratio en algunos centros educativos saturados del área central de Asturias, y por una mayor apuesta por medidas de atención a la diversidad”.

Algunas claves


  • ESO. Promocionarán los alumnos con dos materias suspensas, excepto si son Lengua y Literatura y Matemáticas.
  • Bachillerato. Para obtener el título de bachillerato es imprescindible sacar una calificación media igual o superior a 5.
  • FP. Se permitirá matricularse en segundo curso si la carga horaria de las materias superadas en primero es superior al 50 por ciento de las de segundo.
  • Formación en Centros de Trabajo. Podrá sustituirse por actividades en el entorno laboral.

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